Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 187

174 día en Lima... a través de la televisión. La ofensiva del PCP-SL en Lima, en cumpli- miento de los planes del equilibrio estratégico, escapaba, entonces, de sus manos y, al parecer, él tenía conciencia de ello. El punto de partida de este nuevo período en la capital ocurrió el 3 de noviem- bre de 1989, en plena segunda ofensiva del desarrollo de la primera campaña del quinto plan militar denominado Desarrollar Bases en función de la Conquista del Poder. Durante esa campaña, llamada Impulsar el Desarrollo de las Bases de Apo- yo, el Movimiento Revolucionario de Defensa del Pueblo organizó un paro arma- do en Lima bajo la consigna de «desarrollar el boicot contra las elecciones genera- les de 1990». Fue el inicio del mayor despliegue terrorista sobre la ciudad. Tres escenarios —los sindicatos, las universidades y los asentamientos huma- nos— y una modalidad —los paros armados— fueron ejemplos de la acción del PCP-SL en Lima a partir de 1989. En el primero de ellos, la organización subversiva intentó tomar control de las huelgas sostenidas por sindicatos en conflicto con el objetivo de imprimirles un radicalismo que no estaba dirigido a obtener satisfacción a los reclamos plantea- dos, sino a crear circunstancias «alimentadoras» de la «guerra popular». Con ese propósito, los senderistas no dudaron en asesinar a diversos funcionarios y geren- tes de las empresas involucradas. El resultado fue la destrucción de las organiza- ciones obreras sin haber obtenido respuesta positiva a las demandas de sus afilia- dos. En las universidades, especialmente en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, hubo un intenso trabajo de captación de activistas que debían servir como propagandistas y que, eventualmente, podrían incorporarse en los destacamentos militares. En la universidad de La Cantuta, por otro lado, la organización local dependió de la estructura zonal del PCP-SL y por esa razón estuvo dedicada a tareas militares. La actividad senderista se expandió también a los barrios de los extremos de la ciudad capital denominados «conos». El principal de ellos, el cono este, fue escenario de un intenso trabajo proselitista, correlato de la sistemática penetración que realizaron en los años anteriores en los asentamientos humanos de la zona. El punto más crítico de esta actividad fue en 1990, cuando se formó el Comité de Lucha Popular de Raucana, una invasión promovida por el PCP-SL para instalar allí un comité popular abierto que debía anunciar al mundo la presencia del nuevo poder senderista en la ciudad y la inminencia de su triunfo. En Villa El Salvador, en el cono sur, también se intensificó la presencia senderista y, a inicios de los años 90, era evidente que la organización maoísta había conquistado un significativo grado de influencia e incluso control en organizaciones tradicionales del distrito tales como la Comunidad Urbana Autogestionaria (Cuaves), la Federación Popular de Mujeres (Fepomuves) y la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (Apemipe). El objetivo del PCP-SL en Villa El Salvador fue demostrar la ineficacia de las estrategias pacíficas de cambio social, con lo cual se pretendía desprestigiar a los partidos de izquierda que el PCP-SL consideraba sus principales rivales y enemigos, así como conducir las luchas populares a una lógica de enfrenta- miento radical con el Estado. En el cono norte, el PCP-SL aprovechó los asentamientos humanos formados por pobladores desplazados debido a la vio-