Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 176

En las ciudades el trabajo de masas se cumple igualmente a través del Ejército y lo principal es la lucha por el Poder a través de la guerra popular, siendo la lucha reivindicativa en función del Poder necesario complemento; obviamente, con acciones armadas diversas a fin de concretar las formas nuevas de organización. Plasmamos el Movimiento Revolucionario de Defensa del Pueblo (MRDP), aglutinando masas obreras, campesinas, barriales, pequeñoburguesas; neutralizando a la burguesía media, apuntando a las fuerzas democráticas que estén por la guerra. El objetivo es llevar a las masas a la resistencia y a la elevación de sus luchas en guerra popular, para entrabar, socavar y perturbar al viejo Estado y servir a la futura insurrección preparando a las ciudades con guerra popular especificada como complemento. Usamos la doble política de desarrollar formas propias que es lo principal y penetrar todo tipo de organizaciones. Aplicamos Combatir y Resistir. (PCP-SL 1988a) Según los indicios, hubo una clara conexión entre la acelerada campaña en la sierra y el desempeño senderista en la capital. Se debe considerar que, por lo seña- lado líneas arriba, el PCP-SL estaba aún demasiado debilitado en la ciudad como para sostener una campaña de alta intensidad; no obstante, su habilidad para movilizarse por objetivos políticos específicos pareció ser más grande en ese pe- riodo que en cualquier momento pasado. Así empezaron a hacerse visibles en sindicatos, asociaciones barriales, organi- zaciones estudiantiles, clubes deportivos y otras organizaciones. De la misma manera, fortalecieron los organismos generados siempre con la consigna de «com- batir y derrotar al revisionismo y reformismo que se opone a la guerra popular». Esto fue particularmente evidente en la zona industrial de la Carretera Central. PCP-SL buscó influir en el movimiento sindical; intentó, para ello, ganar eleccio- nes en lo gremios a través de organismos generados, pero fracasó por la fuerte presencia de la Confederación General de Trabajadores del Perú y la Izquierda Unida entre los trabajadores de la zona. Desde mediados de 1987, tras una fase de captación de militantes por medio de una campaña de descrédito de las dirigencias sindicales, a las que atribuía un «revisionismo conciliador», el PCP-SL desarrolló acciones más directas que iban desde un intensivo reparto de volantes y otros actos de propaganda en las puertas de las fábricas hasta el sabotaje a las instalaciones de las mismas (caso de Nylon, 163 De esta manera, tenía que aprovecharse las luchas reivindicativas de la pobla- ción para teñirlas con los objetivos políticos del PCP-SL: «Así, hay que desarrollar la lucha reivindicativa en función del Poder, éste es un principio político del traba- jo de masas» (PCP-SL 1988a). A continuación, el mismo documento destacaba el papel del proletariado y el objetivo político inmediato que debía conseguirse con este sector: «no podemos dejarlo en manos del revisionismo ni del oportunismo». Había que «barrer el colosal montón de basura». Asimismo, subrayaba que las barriadas eran importantes para el PCP-SL desde años atrás, lo que se veía reflejado en la directiva emanada en 1976 que decía: «tomar barrios y barriadas como base y proletariado como dirigente». Se debía «movilizar, politizar, organizar y armar» como un complemento de «combatir»; es decir, las masas debían ser educadas para la «guerra popular». En cuanto a las ciudades se señaló: