Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 170
La lucha de dos líneas es trascendental, es la lucha de clases en el Partido, es
motor del Partido porque es la contradicción en el Partido [...]
¿Cómo proceder? Apelando a nuestra experiencia partidaria, vamos a tomar
métodos utilizados en el IX Pleno donde aprobamos ILA [...]
«Un primer método de acuchillamiento y otro de deslinde; el primero, el de
acuchillamiento implica acuchillamiento y definición frente al Partido, lo harán
esto los siguientes cc: Nicolás, Juana, Sara, Augusto, el orden implica
responsabilidad, deberán destrozar sus posiciones, destrozarse entre uds. mismos
para que no haya rastro alguno de apandillamiento y definir su posición frente al
Partido. El segundo, deslinde y toma de posición lo harán Feliciano, Noemí y
Arturo, el orden implica responsabilidad, deberán deslindar entre ellos que no
quede rastro alguno de convergencia posible, deshilachar sus criterios nefastos
aquí vertidos y los sostenidos de tiempo atrás y terminarán tomando posición.
Terminado ese momento deberá juzgarse por el Congreso (15 pues 4 no opinan) El
Congreso allí definirá si los cc en el primer o segundo método han resuelto o no el
problema. De no resolverlo el Congreso proseguirá con quienes sí pueden suscribir
los acuerdos. (PCP-SL 1988e)
La figura del «presidente Gonzalo» era cuasidivina. Los militantes le sacrifica-
ban su individualidad mediante «cartas de sujeción» en las que se comprometían
por escrito a ofrendar la vida por la causa senderista y por su máximo dirigente.
Esta adhesión incondicional producía entre los cuadros senderistas y su jefe una
relación de matices religiosos. Un militante detenido en un centro penal limeño
decía, al hablar de la significación histórica de su líder, que éste «colma el yo pro-
fundo, mueve el alma y encanta al espíritu: y da al individuo, como parte del
conjunto, razón última de vivir. Yo como individuo no soy nada; con las masas y
aplicando el pensamiento Gonzalo, puedo ser un héroe; muriendo físicamente
por la revolución, viviré eternamente» (Roldán 1990: 116).
Desde fines de 1983, Abimael Guzmán era el «presidente Gonzalo» por tres ra-
zones: por ser presidente del Comité Central, presidente de la Comisión Nacional
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Los tres primeras «espadas» eran Marx, Lenin y Mao; el «doctor» Guzmán (el título era igualmente
subrayado por su propaganda partidaria) era su digno sucesor. Aunque Guzmán sostiene que no hay
un documento partidario que hable de la «cuarta espada», esta denominación era ampliamente utili-
zada por la militancia senderista y en los panfletos propagandísticos de entonces, incluido El Nuevo
Diario.
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el propio Guzmán, quien declaraba insustituible «la Jefatura de la revolución» (es
decir, él mismo) como garantía de triunfo final. Este culto a la personalidad es
equiparable al que se rendía a Stalin y Mao Zedong, por quienes Abimael Guzmán
proclamaba públicamente su admiración. Los aparatos de propaganda del PCP-SL
se referían al «presidente Gonzalo» sólo utilizando superlativos: «el más grande
marxista viviente sobre la Tierra», «la Cuarta Espada del marxismo». 32
Por otra parte, el estilo de debate partidario, basado en la «lucha entre las dos
líneas», de la cual debía salir la «línea correcta», proletaria, previo aplastamiento
de la «línea errónea», burguesa, y la pública humillación de sus portavoces, obli-
gados a realizar autocríticas que alcanzaban niveles abyectos, constituía otra fuen-
te de su legitimidad como dirigente superior.