Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 167

154 demandaron una solución al problema de la tierra para evitar que en ese depar- tamento se replicara la tragedia de Ayacucho. En 1986, el gobierno promulgó el decreto supremo de Reestructuración de las Empresas Asociativas, que ordenaba la redistribución de la tierra. El presidente García declaró que estaba decidido a repartir 1 millón 100 mil hectáreas a las comunidades. Esta iniciativa, sin embar- go, fue bloqueada por quienes veían afectados sus intereses. La situación se hacía más explosiva. Al cuestionamiento de los técnicos encargados de llevar adelante la reestructuración, se sumó la constitución fraudulenta de «comunidades en for- mación», entidades fantasmas creadas para burlar a las comunidades. A fines de 1985, el campesinado, cansado de engaños y dilaciones, comenzó una oleada de tomas de tierras espontáneas que se extendió a lo largo de 1986 por Azángaro y Melgar. Éste era el contexto social cuando el PCP-SL decidió destruir las unidades asociativas, como lo hizo en el norte (La Libertad y Cajamarca) y en el centro del país (Junín). Las acciones subversivas en Puno se concentraron en Melgar y Azángaro —donde se produjo la mayor cantidad de muertos— y se entrecruzaron con las tomas de tierras impulsadas por la Federación Departamental de Campesinos de Puno (FDCP). La destrucción de empresas, toma de pueblos, actos de amedrentamiento y asesinato de autoridades continuaron entre 1986 y 1987. Mientras tanto, la columna del PCP-SL dirigida por Anselmo fue diezmada en Azángaro en abril de 1987 como resultado de la ejecución de Zenobio Huarsaya, dirigente campesino en la comunidad de Salinas y alcalde distrital de filiación izquierdista. Ese crimen, que había motivado el rechazo de los campesinos al PCP-SL, condujo en última instancia a la derrota militar de la columna senderista. Pero, apenas un año después de la eliminación de la columna de Anselmo, el PCP-SL rearmó una columna en Melgar y Azángaro que comenzó a operar en mayo de 1988 con el objetivo de destruir las SAIS. A ello se añadió la toma de pueblos y comunidades para ejecutar a los «enemigos del partido» y a las autoridades que no se habían avenido a abandonar sus puestos. Se creó, pues, con los mismos métodos vesánicos aplicados en otras regiones, el vacío de autoridad sobre el que el PCP-SL empezó a edificar su «nuevo poder». En enero de 1989 la columna del PCP-SL inició una ofensiva dirigida a acabar con las empresas asociativas y destruir el IER Waqrani, una organización de capa- citación que pertenecía a la prelatura de Ayaviri. El 20 de enero, esta columna atacó a la SAIS Sollocota; pero el ataque fue repelido por la policía y la columna senderista, diezmada. En el departamento de Apurímac se constató también el despliegue de la orga- nización y el control del PCP-SL, especialmente en zonas de altura. Desde 1987 se registraron asesinatos en diversas comunidades de la provincia de Aymaraes; ade- más, se produjeron ataques y enfrentamientos en la provincia de Antabamba, así como en Cotabambas. Aquí el PCP-SL constituyó algunos «comités populares», por lo que se convirtió en la primera provincia del sur andino en ser declarada en emergencia para combatir al PCP-SL que venía perpetrando asesinatos de te- nientes gobernadores y dirigentes campesinos, así como de algunos abigeos. En el departamento de Cusco, la acción subversiva inició también la estrategia del vacío de autoridades para constituirse en nuevo poder.