Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 156
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A mediados de los años 80 se presentan, por tanto, diferentes escenarios de la
guerra en Ayacucho. En las cuencas de los ríos Pampas-Qaracha, donde el PCP-SL
había logrado consolidar numerosas bases de apoyo a través de un trabajo de
adoctrinamiento temprano, mantuvo una presencia, aunque sumamente debilita-
da, hasta los años 90.
De otro lado, en la zona altoandina de la provincia de Huanta, una de las
primeras que se había levantado contra el PCP-SL, se establecieron algunas «ba-
ses antisubversivas multicomunales». Ccarhuahurán, centro histórico de los
iquichanos, fue una de ellas. Cuando la Infantería de Marina llegó a la comuni-
dad en agosto de 1983, logró instalar un comité de defensa civil sobre la base de
los grupos de autodefensa que habían surgido a fines de 1982, poco antes del
asesinato de los siete senderistas en Huaychao. Los «navales» instalaron un des-
tacamento de 36 hombres en el pueblo, donde se agruparon ocho anexos —en
este caso por voluntad propia— con un total de 600 familias (Coronel 1996: 51).
Otra localidad resistente fue la ex hacienda de Chaca, situada en el distrito
huantino de Santillana, donde se congregaron siete comunidades vecinas. Mien-
tras unos se concentraron en estos centros multicomunales, otros se desplazaron
a los valles de Huanta, Tambo y el río Apurímac y a las ciudades de Ayacucho y
Lima. Hacia mediados de 1984, las punas de la provincia de Huanta habían que-
dado desoladas. El desplazamiento involucró comunidades enteras y desapare-
cieron alrededor de 68 de ellas.
En noviembre de 1983, familias de diez comunidades, a las que más tarde se
unirían otras de Uchuraccay o Iquicha, se concentraron en Ccarhuapampa, en las
afueras de la ciudad de Tambo, y formaron la primera aldea multicomunal de
desplazados. Desde el comienzo, Ccarhuapampa se organizó alrededor de su co-
mité de defensa civil según una lógica militar: dicho comité estableció un rígido
sistema de vigilancia con restricciones a la movilidad de la población; se expedían
pase de tránsito y se sancionaban con castigos físicos las trasgresiones a las nor-
mas. Cada vez más pueblos en el norte de la sierra ayacuchana empezaron a orga-
nizarse de la misma manera.
En el valle del río Apurímac avanzaron las milicias de Defensa Civil
Antisubversiva (DECAS), como se han denominado a las rondas campesinas con-
tra subversivas de la zona. Las DECAS fueron la primera milicia campesina que
logró constituir una red de organizaciones que abarcaba toda una región, en este
caso el valle del río Apurímac. Hacia mediados de 1985, las Fuerzas Armadas y la
DECAS habían hecho retroceder a las columnas senderistas del valle.
Uno de los refugios del PCP-SL en la zona fue el «comité popular» denomina-
do Sello de Oro, en la localidad de Simariva del distrito de Santa Rosa. Allí, el
PCP-SL organizó «la masa» campesina según su concepción de «nuevo estado».
Sin embargo, era un cerco humano cuya permanencia se sostuvo bajo el ejercicio
autoritario de su poder.
El temor a quedarse sin bases sociales, tanto por el descontento de la población
como por la presión que ejercían las fuerzas del orden y las DECAS, hizo que el
PCP-SL optara por oprimir aun más a la población que se encontraba como «masa»
en los «comités populares» del valle del río Apurímac: