Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 152
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A diferencia de lo ocurrido en la provincia de Huamanga y en el valle del río
Apurímac, la creación de comités de defensa civil que impulsaban las Fuerzas
Armadas no prosperó en el valle de Huanta en 1984. Esto se debió al rechazo que
causaba la represión indiscriminada de los militares. Ante la presión para formar
rondas, los jóvenes prefirieron migrar masivamente a la ciudad de Huanta, a la
selva o a Lima. Los pueblos de las provincias del centro sur —Cangallo, Víctor
Fajardo, Vilcashuamán— se mostraron igualmente reacios a organizarse contra
el PCP-SL.
Las diferencias entre las respuestas de los campesinos de Ayacucho al PCP-SL
se explican, entre varios factores, por los diversos comportamientos de los grupos
senderistas y de los militares respecto de la población. En general, la agresión del
PCP-SL contra el campesinado fue mucho más brutal en el norte del departamen-
to, mientras que en el centro del departamento las matanzas más feroces fueron
las cometidas por los militares (Umaro y Accomarca en 1985, Cayara en 1988).
Así, no obstante lo señalado en el párrafo anterior, el acercamiento entre la pobla-
ción campesina y el Estado fue, a la larga, mucho mayor en Huanta y Huamanga
que en Cangallo y Víctor Fajardo.
Los datos disponibles indican que el PCP-SL invirtió más esfuerzo en la pre-
paración de su guerra en las provincias centrales del departamento utilizando
para ello, sobre todo, la cuestión del acceso al sistema educativo, que figuraba
desde décadas atrás entre las demandas más importantes del campesinado. El
PCP-SL tuvo su laboratorio de cuadros en los dos colegios más importantes de la
zona centro-sur de Ayacucho: el colegio General Córdova, en Vilcashuamán, y el
colegio Los Andes, en Sancos. También en el valle de Huanta, la otra zona donde el
PCP-SL se mantuvo hasta fines de los años 80, logró construir una base sólida
entre los «colegiales». Por el contrario, en zonas como la puna de Huanta o la
provincia de La Mar, donde la cobertura escolar era menos densa, los lazos entre
campesinos y subversivos se rompieron más tempranamente.