Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 148
Cuando ingresó la fuerza armada, tuvimos que desarrollar una dura lucha: ellos aplicaron
el restablecimiento del viejo poder, nosotros aplicamos el contrarrestablecimiento para
volver a levantar el Nuevo Poder. Se produjo un genocidio altamente cruento e
inmisericorde; hemos peleado ardorosamente. La reacción y las Fuerzas
Armadas en concreto, creyeron que el 84 ya nos habían derrotado [...] pero el
resultado cuál ha sido, que los comités populares y las bases de apoyo se
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CVR. Testimonio 200919.
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El aumento de las acciones senderistas fue respondido con dureza por las
fuerzas del orden. Entre los casos más conocidos se encuentran el asesinato de
seis jóvenes pertenecientes a la Iglesia Evangélica Presbiteriana, en el pago de
Callqui, el 1 de agosto de 1984; al día siguiente, 2 de agosto, el secuestro y
desaparición, en la base de la Infantería de Marina acantonada en el Estadio
Municipal, del periodista huantino Jaime Ayala Sulca, corresponsal del Diario La
República; y, algunos días después, el 23 de agosto, el descubrimiento de 49 cadáveres
enterrados en fosas en Pucayacu, algunos kilómetros al norte de la ciudad de
Huanta, todos ciudadanos detenidos previamente en el Estadio de Huanta por la
Infantería de Marina y luego trasladados en una suerte de «caravana de la muerte»
a territorio perteneciente a la provincia de Acobamba, Huancavelica, donde fueron
asesinados entre el 16 y 19 de agosto de 1984.
En septiembre de 1984, fueron muertas 117 personas —hombres, mujeres, ni-
ños— en la comunidad de Putis, en el distrito de Santillana, provincia de Huanta,
presuntamente en manos de los militares. Como antecedente de esta masacre se
debe señalar que la mayoría de los pueblos de la zona habían sido obligados por el
PCP-SL, que actuaba en la zona desde 1983, a «tomar retirada» hacia los cerros
para eludir a las patrullas de militares que se acercaban más y más. Bajo la custo-
dia de columnas senderistas, fueron asentados por grupos en puntos estratégicos
de los cerros. «Cuidaban para que la gente no saliera y avisara a los militares de
San José de Secce. Si se enteraban que alguien estaba planeando escapar, inmedia-
tamente le cortaban el cuello». 26 Así permanecieron alrededor de seis meses. Cuando
se instaló la Base Militar en Putis, un grupo de comuneros decidió entregarse y
bajó a la comunidad. Los militares los hicieron cavar sus propias tumbas y los
fusilaron. Hasta el momento en que se escribe este Informe Final, en Putis se en-
cuentra una de las fosas comunes más grandes de Ayacucho y probablemente de
todo el país.
Los documentos senderistas que circulaban en el territorio nacional, así como
los golpes recibidos por la cruenta estrategia de las Fuerzas Armadas, daban cuen-
ta de esta compleja realidad. Guzmán minimizaba estos reveses hablando de «una
inflexión» en el trabajo del partido. Como se supo posteriormente, la estrategia
del PCP-SL consistía en dejar desprotegida a la población frente a la represión:
contaban con que los abusos perpetrados por los agentes del orden provocarían
un profundo resentimiento entre los afectados, lo cual podría ser aprovechado
después por los destacamentos armados cuando retornaran.
La macabra dinámica de matanzas iniciada en 1983 corresponde a la estrategia
diseñada por Abimael Guzmán de «oponer al restablecimiento el
contrarrestablecimiento».