Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 142

[...] el nuevo poder, todo el mundo con temor porque los alumnos decían a uno lo van a matar por defraudar, con las armas uno tiene que obedecer, el pueblo ya no tenía autoridad frente a ellos [...] los alumnos eran pues las autoridades. Se han convertido en activistas, trabajadores, bastante lenguaje intervencionista. 22 «Su palabra era la ley... ¡era insoportable!», afirma otro comunero. El descontento con esta política se fue agravando cuando el PCP-SL restringió la movilidad de la población y prohibió los ingresos y salidas de la comunidad. Ello no solamente ocurrió en Huancasancos, sino también en otras zonas donde el PCP-SL había tomado el control: Ellos se comportaron, al inicio, de maravilla, pero no pasó ni tres meses creo, empezaron a sujetarnos y no podíamos ni movilizarnos, ni irnos a Ayacucho siquiera, ni a Vinchos, ni a visitar a nuestra familia. Tampoco querían que vengan de otros sitios. Todo eso pues a uno le imposibilita la vida. Los campesinos somos libres y a cualquier sitio nos movilizamos, y eso es lo que les ha dolido a los demás. 23 Una práctica generalizada y sistemática del PCP-SL desde el comienzo de su «guerra popular», y que se hizo más aguda a partir de 1983, fue la utilización forza- da de niños y niñas en las hostilidades: Hacer que los niños participen activamente en la guerra popular, pueden cumplir diversas tareas a través de las cuales vayan comprendiendo la necesidad de transformar el mundo [...] cambiar su ideología y que adopten la del proletariado. (PCP-SL 1988a) En su mayoría, el reclutamiento se realizó mediante coacción, engaños y violen- cia. Muchos participaban bajo presión y por temor a las represalias. Cuando las comunidades o las familias se negaron a entregar voluntariamente la «cuota» de sus hijos, los senderistas enrolaron a los jóvenes a la fuerza después de amenazar o asesinar a los que se oponían. El secuestro de jóvenes, la interrupción de la vida cotidiana del campesinado, el ataque a su economía familiar y a la economía local, la obligación de asistir a 21 22 23 CVR. Testimonio de un comerciante de Saneas. CVR. Testimonio de un comunero de Saneas de 68 años. CVR. Testimonio de un comunero de Paqcha, Vinchos, Huamanga. 129 orden que traía el PCP-SL aparece simbolizado en la obligación de hacer la lim- pieza del pueblo, que se impuso a los viejos notables de la comunidad. Los comités populares en Huancasancos estaban integrados por jóvenes de entre 12 y 30 años, quienes mantenían el orden y controlaban los movimientos de la población. Fueron captados por un discurso que les ofrecía el poder y la igualdad. Estos jóvenes, varones y mujeres, empezaron a sentir el enorme poder que les había conferido el partido; la ilusión de ser siempre escuchados los fascinaba. Las nociones de jerarquía tradicionales fueron reemplazadas por un discurso igualitario: «Sí, ellos [los jóvenes] estaban contentos con eso, «compañero» nomás. Nunca señor, ni padrino, nada. « Compañero » ». 21 El «nuevo orden» implicaba una fuerte transgresión de las estructuras andinas tradicionales, donde el poder es ejercido por las personas mayores, quienes tienen el respeto de toda la población. Ahora jóvenes, mujeres y niños emplazaban a los mayores: