HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 169
fuera de la cama en una noche. ¡Nunca he oído una cosa así! Tu, Hermione
Granger, pensé que tenías más sentido común. Y tú, Harry Potter... Creía que
Gryffindor significaba más para ti. Los tres sufriréis castigos... Sí, tú también,
Longbottom, nada te da derecho a dar vueltas por el colegio durante la noche,
en especial en estos días: es muy peligroso y se os descontarán cincuenta
puntos de Gryffindor.
—¿Cincuenta? —resopló Harry. Iban a perder el primer puesto, lo que
había ganado en el último partido de quidditch.
—Cincuenta puntos cada uno —dijo la profesora McGonagall, resoplando a
través de su nariz puntiaguda.
—Profesora... por favor...
—Usted, usted no...
—No me digas lo que puedo o no puedo hacer; Harry Potter. Ahora, volved
a la cama, todos. Nunca me he sentido tan avergonzada de alumnos de
Gryffindor.
Ciento cincuenta puntos perdidos. Eso situaba a Gryffindor en el último
lugar. En una noche, habían acabado con cualquier posibilidad de que
Gryffindor ganara la copa de la casa. Harry sentía como si le retorcieran el
estómago. ¿Cómo podrían arreglarlo?
Harry no durmió aquella noche. Podía oír el llanto de Neville, que duró
horas. No se le ocurría nada que decir para consolarlo. Sabía que Neville,
como él mismo, tenía miedo de que amaneciera. ¿Qué sucedería cuando el
resto de los de Gryffindor descubrieran lo que ellos habían hecho?
Al principio, los Gryffindors que pasaban por el gigantesco reloj de arena,
que informaba de la puntuación de la casa, pensaron que había un error.
¿Cómo iban a tener; súbitamente, ciento cincuenta puntos menos que el día
anterior? Y luego, se propagó la historia. Harry Potter; el famoso Harry Potter,
el héroe de dos partidos de quidditch, les había hecho perder todos esos
puntos, él y otros dos estúpidos de primer año.
De ser una de las personas más populares y admiradas del colegio, Harry
súbitamente era el más detestado. Hasta los de Ravenclaw y Hufflepuff le
giraban la cara, porque todos habían deseado ver a Slytherin perdiendo la
copa. Por dondequiera que Harry pasara, lo señalaban con el dedo y no se
molestaban en bajar la voz para insultarlo. Los de Slytherin, por su parte, lo
aplaudían y lo vitoreaban, diciendo: «¡Gracias, Potter; te debemos una!».
Sólo Ron lo apoyaba.
—Se olvidarán en unas semanas. Fred y George han perdido puntos
muchas veces desde que están aquí y la gente los sigue apreciando.
—Pero nunca perdieron ciento cincuenta puntos de una vez, ¿verdad? —
dijo Harry tristemente.
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