HARRY POTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL Harry_Potter_y_la_Piedra_Filosofal_01 | Page 168
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El bosque prohibido
Las cosas no podían haber salido peor.
Filch los llevó al despacho de la profesora McGonagall, en el primer piso,
donde se sentaron a esperar; sin decir una palabra. Hermione temblaba.
Excusas, disculpas y locas historias cruzaban la mente de Harry, cada una más
débil que la otra. No podía imaginar cómo se iban a librar del problema aquella
vez. Estaban atrapados. ¿Cómo podían haber sido tan estúpidos para olvidar la
capa? No había razón en el mundo para que la profesora McGonagall aceptara
que habían estado vagando durante la noche, para no mencionar la torre más
alta de Astronomía, que estaba prohibida, salvo para las clases. Si añadía a
todo eso Norberto y la capa invisible, ya podían empezar a hacer las maletas.
¿Harry pensaba que las cosas no podían estar peor? Estaba equivocado.
Cuando la profesora McGonagall apareció, llevaba a Neville.
—¡Harry! —estalló Neville en cuanto los vio—. Estaba tratando de
encontrarte para prevenirte, oí que Malfoy decía que iba a atraparte, dijo que
tenías un drag...
Harry negó violentamente con la cabeza, para que Neville no hablara más,
pero la profesora McGonagall lo vio. Lo miró como si echara fuego igual que
Norberto y se irguió, amenazadora, sobre los tres.
—Nunca lo habría creído de ninguno de vosotros. El señor Filch dice que
estabais en la torre de Astronomía. Es la una de la mañana. Quiero una
explicación.
Ésa fue la primera vez que Hermione no pudo contestar a una pregunta de
un profesor. Miraba fijamente sus zapatillas, tan rígida como una estatua.
—Creo que tengo idea de lo que sucedió —dijo la profesora McGonagall—.
No hace falta ser un genio para descubrirlo. Te inventaste una historia sobre un
dragón para que Draco Malfoy saliera de la cama y se metiera en líos. Te he
atrapado. Supongo que te habrá parecido divertido que Longbottom oyera la
historia y también la creyera, ¿no?
Harry captó la mirada de Neville y trató de decirle, sin palabras, que
aquello no era verdad, porque Neville parecía asombrado y herido. Pobre mete-
patas Neville, Harry sabía lo que debía de haberle costado buscarlos en la
oscuridad, para prevenir