Habitissimo Invierno 2019 | Page 114

habitissimo | página 112 Los Platos de Pan Los productos de Bárbara Pan de Soraluce no se encuentran en ninguna tienda física. Tampoco se pueden comprar a tra- vés de ninguna página web. No se promocionan ni se lan- zan colecciones. Su único escaparate al mundo es el perfil de Instagram donde, en este momento, cuentan ya con casi 68.000 seguidores. El secreto está en un nombre pegadizo y original, resultado de un juego de palabras entre el apellido de la creadora y esos minúsculos platos donde habitualmen- te se colocan las piezas de pan. También hay que tener en cuenta el gusto creciente por disfrutar de vajillas especiales, artísticas, únicas. “Antes eso era algo rancio, carca, de abue- las. Pero la cosa está cambiando. A la gente joven le gusta usar vajillas bonitas, y las abuelas ya no son las únicas que las tienen en casa”, reconoce Bárbara mientras continúa dibu- jando con su plumilla el trazo de una flor en el centro de una de sus creaciones. Más allá de lo funcional –un plato es un plato, y sirve para lo que sirven los platos–, a nadie se le escapa que hay mesas en las que da gusto comer. Y la vajilla es una parte funda- mental del conjunto. Y no tiene por qué ser necesariamente una costosa pieza de museo ni tampoco la típica porcelana que se utiliza una vez al año y se pasa los 364 restantes acu- mulando polvo, expuesta en un rincón de una alacena. ¿Qué sentido tiene guardar unos platos maravillosos para usarlos unas pocas veces a lo largo de la vida? “Eso lo odio”, admite Bárbara. “Mis vajillas son para usar todos los días. Me niego a que sean de un solo uso al año. Yo creo que parte del éxito de esta historia, y de casi todas las vajillas de hoy en día, es que el comer en casa es un bien tan poco habitual –porque los trabajos están lejos, porque es difícil reunir a toda la familia todos los días, porque estás a régimen o porque te da pereza cocinar–, que es un lujo que haya un día que puedas poner bien la mesa, currarte el plato, el mantel a juego y la cristale- ría. Si la porcelana es un lujo, lo mejor es disfrutarla siempre que sea posible, y cuantas más veces mejor”. Hacer un encargo a Los Platos de Pan se convierte, casi, en una experiencia personal. Una especie de travesía que nos devuelve a las transacciones comerciales de otras épocas, aunque utilizando los instrumentos de comunicación más modernos. Y, a veces, hay que tener un poco de paciencia. Lo más habitual, en primer lugar, es que el cliente interesado escriba un correo electrónico o un mensaje privado en el per- fil de Instagram. Después la hija de Bárbara explica cómo fun- ciona la empresa a los potenciales compradores. Por último,