Génesis | Page 33

Quinto grado

El robo

El misterioso hombre estaba pensando en que su próxima aventura podría ser robar un banco.

Al día siguiente se levantó muy entusiasmado pensando en sus preparativos para la noche, sabía que tenía que organizarse para no fallar. Empezó probándose sus siete galeras hasta encontrar una que no se le pueda salir para esconder su identidad, siguió por una guitarra así no levantaría sospechas. También pensó que necesitaría un bolso para guardar el dinero, recogió guantes para no dejar huellas y se puso zapatos que no resbalaran para evitar caídas.

Llegó la noche y partió. No había nubes en el cielo y eso dejaba ver la enorme cantidad de estrellas. Tenía que caminar cinco cuadras para llegar al banco y no había mucha gente en la calle. A mitad de camino encontró un fuerte y armado policía al que le mintió diciéndole que había visto un robo siete cuadras atrás. El oficial, muy preocupado, le agradeció y fue a ver qué había pasado. Una vez que llegó a la enorme puerta del banco se aseguró de que nadie lo mirara y usó la púa de la guitarra para abrirla. Una vez adentro del oscuro banco, se dirigió a una de las máquinas, miró detrás de ella y vio cuatro tornillos que aseguraban la tapa. Al verlos no supo cómo sacarlos, hasta que metió su mano en su bolso de cuero marrón, que luego usaría para guardar los billetes, y en las profundidades encontró un fuerte y pequeño metal que le sirvió como destornillador. Al ver esa enorme cantidad de dinero pensó que no le entraría en su bolso pero al doblarlos pudo meterlos. Miró a su alrededor y pensó que lo mejor sería escapar rápidamente por la puerta más cercana. Al atravesarla su ojo activó la alarma del detector de metales. En ese momento todo se había complicado, tenía que irse de ese lugar inmediatamente. Empezó a escuchar las primeras sirenas que retumbaban en sus oídos. Llevaba media cuadra corriendo cuando se dio cuenta de que alguien la seguía muy rápido, entonces recogió su guitarra y le dio un guitarrazo al oficial que lo perseguía. Al llegar a la esquina vio las luces de las patrullas que venían a toda velocidad y tuvo una gran idea. Aplaudió tres veces y una lluvia torrencial hizo que las patrullas derraparan y chocaran entre sí. Después de dos largas cuadras, el misterioso hombre tomó un atajo que lo llevaba directo a la discreta entrada de su casa y, rogando que nadie lo viera, entró rápidamente y cerró la puerta de un fuerte golpe.

Luego de dos meses, por las dudas, decidió mudarse a una casa alejada de la que tenía antes.

Veinte años después, el FBI descubrió a dónde se había mudado este misterioso hombre y decidió hacer un allanamiento. Cuando tiraron la puerta de roble oscuro abajo, pensaron que los datos que habían encontrado eran totalmente falsos porque el hombre que estaban viendo era veinte años más joven que el que buscaban.

Hernán Bel

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EN QUINTO GRADO CONOCIERON AL HOMBRE MISTERIOSO, UN PERSONAJE CREADO POR LINIERS. LUEGO, ESCRIBIERON HISTORIAS CON ÉL COMO PROTAGONISTA.