instrumento de justicia si estás dispuesto a sufrir por causa de Cristo. Tú puedes redimir el
tiempo si lo deseas, pero costará un esfuerzo. ¿Tu vida está ligada a alguien que no es
digno de tus afectos? Esa persona ¿tiene reverencia por las cosas sagradas y santas? o
su corazón no ha sido cambiado por el Espíritu de Dios. Dicha persona ¿Es egoísta,
jactanciosa y ama el placer más que el deber? ¿No tiene experiencia en la abnegación y
la humillación?
Al formar una amistad, debes ejercer gran cautela, no sea que se cultive una familiaridad
con alguien cuyo ejemplo no sería seguro imitar, porque el efecto de dicha familiaridad es
apartar de Dios, de la devoción y del amor a la verdad. Es positivamente peligroso para ti
tener una relación estrecha con amigos que no poseen una experiencia religiosa. Si
sigues la orientación del Espíritu de Dios, o valoras la salvación de tu alma, no escogerás
como tus amigos especiales e íntimos a aquellos que no mantienen una consideración
seria por las cosas religiosas, y que no viven bajo su influencia práctica. Debes darle el
primer lugar a los asuntos eternos. Nada puede tener una influencia más sutil y
positivamente peligrosa sobre la mente, y servir de modo más efectivo para desterrar las
impresiones y convicciones del Espíritu de Dios, que asociarse con personas frívolas y
descuidadas, y cuya conversación trata del mundo y de la vanidad. Cuanto más
cautivantes puedan ser en otros respectos, tanto más peligrosa es su influencia como
compañeros, porque ponen muchos atractivos agradables en torno a una vida irreligiosa.
Dios tiene derechos sobre ti que no puedes desechar a la ligera. Jesús te ha comprado
con el precio de su propia sangre. “Sois vuestros, porque habéis sido comprados por
precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de
Dios" (1 Cor. 6:19, 20). ¿No tienes un sacrificio que hacer para Dios? Delante de ti hay
grandes responsabilidades que cumplir en la vida de todos los días. Tu registro está
pasando diariamente ante Dios. Grandes peligros yacen ocultos en tu camino. Si yo
pudiera, lo tomaría en mis brazos y te llevaría a salvo por encima de ellos; pero no se me
permite hacerlo. Estás en el período más crítico de la historia de tu vida. Despierta las
energías del alma y encáuzalas para asegurarte el logro de las cosas de interés eterno, y
si subordinas todo lo demás a este fin, tendrás éxito en perfeccionar un carácter cristiano.
Tú puedes librar la lucha espiritual contra los pecados que te acosan, y, mediante Cristo,
salir victorioso. Pero no será un juego de niños. Será una lucha severa, que implicará
abnegación y llevar la cruz. El peligro está en que no comprendas plenamente tus
reincidencias y tu condición insegura. A menos que veas la vida como es, que deseches
las fantasías brillantes de la imaginación y captes las lecciones serias de la experiencia,
despertarás cuando sea demasiado tarde. Entonces comprenderás el terrible error que
hayas cometido.
Tu educación necesita formarse para hacer caracteres sólidos y fuertes, por lo tanto ahora
tienes que obtener la educación que debiera haber recibido años atrás. La falta de firmeza
y abnegación en los caracteres es un serio impedimento para obtener una experiencia
religiosa genuina que no será arena resbaladiza. Deberías cultivar la firmeza y la
integridad. Estas cualidades son positivamente necesarias para una vida cristiana exitosa.
Si tienes integridad de alma no serás desviado de lo correcto. Ningún motivo será
suficiente para moverte de la línea recta del deber; serás leal y fiel a Dios. Las súplicas
del afecto y del amor, las ansias de amistad, no te afectarán para apartarte de la verdad y
el deb