GUIA DIDACTICA DE LA SHOA 27 de enero de 2014 | Page 51
que se desvestían y se les cortaba el pelo a las mujeres y unos
grandes barracones donde se almacenaba y clasificaba todo lo
confiscado.
Desnudos, los prisioneros eran conducidos por un camino
cubierto de setos a las cámaras de gas, camufladas en un barracón
con aspecto de duchas colectivas. Los tres campos albergaban
cámaras estancas alimentadas con los gases de combustión que
emitían potentes motores diésel o de gasolina. Tras la asfixia, los
comandos de prisioneros registraban a cada uno de los cadáveres
para extraerles las piezas de oro de la boca o cualquier otro objeto de
valor escondido en el cuerpo, limpiaban las cámaras de sangre y
excrementos y trasladaban los cuerpos a las fosas comunes o a las
parrillas de incineración.
Bełżec fue el primero de los tres campos de exterminio de la
Operación Reinhart. Empezó a funcionar en marzo de 1942, y lo hizo
hasta diciembre de ese mismo año, salvo unos meses en los que
detuvo su actividad para ampliar el número de cámaras de gas, de
tres a seis. En cada una de ellas cabían 750 personas, por lo que se
podía asesinar en pocos minutos a unas 4.000. Tras el cierre, el
terreno fue repoblado con pinos. Sólo dos prisioneros salieron de allí
con vida.
Sobibór, situado junto al pueblo del mismo nombre al noreste de
Lublin, comenzó a funcionar en mayo de 1942 y llegó a tener hasta
seis cámaras de gas, con capacidad para 200 personas cada una. El
14 de octubre de 1943 tuvo lugar un levantamiento protagonizado por
cerca de 300 prisioneros, de los sobrevivieron apenas 50. Semanas
después, el campo fue desmantelado.
Treblinka, el más eficiente de los tres y el que contó con mayores
instalaciones, ya que fue concebido para asesinar a todos los judíos
del gueto de Varsovia, funcionó entre julio de 1942 y octubre de 1943
y llegó a disponer de hasta 10 cámaras de gas con capacidad para
250 personas cada una. El 2 de agosto de 1943, cerca de 350
prisioneros planificaron una fuga, aunque sólo alrededor de 50
escaparon con vida. Ante el avance de las tropas soviéticas, el campo
fue arrasado y sobre sus terrenos se instaló una granja que fue
confiada a un campesino ucraniano.
Aniquilación
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