. Novena generación:
R33 , el paso necesario para progresar
¿Cómo lanzar un sucesor que mejore lo que ya de por sí era casi perfecto? Este era el dilema al que se en-
frentaban en 1994 los ingenieros de Nissan ante el éxito que había registrado el R32, pero el evidente paso
del tiempo sobre su espalda. El fabricante japonés adopta como base sobre la que trabajar al R32 y aplica
una serie de cambios, correcciones y mejoras para traer a la vida un digno sucesor de tan magnífica pieza
maestra de ingeniería, el R33.
Lo primero es el bloque motor, ¿por qué cambiarlo si tan buenos resultados había dado? Por ello, se decide
mantener el bloque de seis cilindros biturbo y 2.6 litros con 276 CV, salvo que la banda de entrega de par
es ahora ligeramente más amplia, es decir, podía subir más de revoluciones sin perder potencia, haciendo al
motor más flexible. La caja de cambios de cinco relaciones era la misma, pero el innovador sistema de trac-
ción total ATTES E-TS recibe algunos ajustes de mejora, al igual que la suspensión multibrazo.
Por su parte, los cambios suponen que el Nissan GT-R R33 aumentó de peso desde los 1.427 a los 1.542
kilogramos, mientras que el diseño exterior muestra un aspecto que representa un paso evolutivo del R32,
con una aerodinámica mejorada y una altura considerablemente inferior. En 1995 debuta tanto el R33 como
la variante V.spec, esta última, en comparación con el R32 V.spec, es 10 kilogramos más pesada, pero está
equipada con una suspensión deportiva y una menor altura al suelo, un diferencial de deslizamiento limitado
activo y frenos con ABS.
8