Los modelos Nur continuaron con su filosofía minimalista, al igual que el R32 y el R33 había hecho a lo
largo de la historia del Nissan GT-R. No presentaban aire acondicionado, equipo de sonido, limpiaparabrisas
trasero y alfombra en el maletero, sin embargo el sistema ABS si se mantuvo. Esta variante fue desarrolla-
do sobre el revirado asfalto del circuito teutón y, curiosamente, pese a que registraban 276 CV de potencia
oficialmente, entregaban alrededor de 330 CV.
Al final de la producción, en 2002, un total de 12.175 unidades del GT-R R34 había salido de la planta de
Nissan. Pero Nismo tenía algo planeado para cuando la marca finalizara la producción de la décima genera-
ción. Lo bautizó Z-Tune y esto es lo que sucedió: Nismo adoptó el GT-R V.spec II de 2002 como base y le
acopló lo que internamente es denominado motor Z1, el propulsor que daba vida al Nissan Le Mans GT2 y a
los coches de carreras GT500.
El bloque era de 2.8 litros y la producción de energía se situaba en los 500 CV, cifra suficiente para hacer el
cero a 100 km/h en 3,8 segundos y una velocidad máxima de 326 km/h. Pero una versión de producción fue
simplemente demasiado tentador por lo que Nismo pidió permiso a Nissan para comprar 20 unidades usa-
das del R34 V.spec, las desnudó, reconstruyó y repinto en plata. El chasis se reajustó para ser más rígido, la
suspensión era mejor y el resto de componentes se modificaron para aguantar el incremento de potencia.
Al final, 19 ejemplares del Nissan GT-R Z-Tune fueron construidos, aunque dos era prototipos. Todos eran
aptos para su uso en carretera y son exquisitamente raros hoy en día. En competición, el Nissan GT-R R34
conquistó títulos en todos aquellos campeonatos en los que tomó partida desde 1999 hasta 2002 y parte de su
fama pública está asociada a la franquicia de películas de ‘A todo gas‘, Fast and Furios
Tras este final de producción tan exclusivo.
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