GONG BO 2 TOMO DOS | Page 6

animacion

La animación japonesa merecería un capítulo aparate. Sin duda el máximo exponente de este género es Hayao Miyazaki, cuya obra destaca por resaltar los valores humanos con base en una técnica excepcional que conecta con el público a nivel estético, creando un espejo suspendido en el tiempo. Cintas imperdibles son La princesa Mononoke (1997) o El viaje de Chihiro (2001). Un par de autores más para tomarse en cuenta: Kastsuhiro Ōtomo (Akira) y Satoshi Kon (Paprika).

Panorama actual

Actualmente, Naomi Kawase (El bosque de luto, 2007) es una cineasta que vale la pena seguir. Iniciada en el documental, utiliza el acercamiento a lo real para esbozar haikus emocionales. Mientras que el entrañable Hirokazu Kore Eda (De tal padre tal hijo, 2013) sin duda es hoy el mejor director de este país. Con emotivos retratos de las relaciones humanas en la insensible era posindustrial, ambos directores detonan emociones potentes en el espectador con recursos modestos, denotando que el haiku sigue más presente que nunca en el corazón del cine japonés