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El cine llegó a Japón, como al resto del mundo, de la mano de emisarios Lumiére. Gabriel Veyre y Constant Girel limitaron su trabajo con el cinematógrafo a capturar la realidad colocando la cámara sobre las calles y plazas de las principales capitales niponas. Inocentemente habían iniciado uno de los principales rasgos característicos del cine japonés: la contemplación. Los cineastas del país encontraron en ella la manera más fiel de representar su realidad, ya sea con la contemplación de su sociedad, tanto de sus actos más banales, como de su cultura.

Hay que tener en cuenta que el público nipón tenía un gusto muy diferente al europeo: estaban acostumbrados a visionar obras de teatro de tres horas de duración, de forma que los cortometrajes que estaban en alza en la época les resultaban insuficientes y se tenían que proyectar hasta tres películas seguidas.

Estos teatros eran conocidos como kabukis y contaban con benshis, comentaristas que, por diferencias del idioma, explicaban lo que sucedía en pantalla. Se convirtieron en personajes influyentes. El entretenimiento dependía de ellos y, en ocasiones, hasta se les sobornaba para que adelantasen lo que iba a ocurrir en el siguiente acto.

A partir del año 1916, el cine japonés llegaría a Hollywood, aunque es cierto que esto propició una cierta influencia por parte de estas regiones, esta primera generación de directores, entre los que se encuentra YASUJIRÔ OZU, supo en todo momento trasladar las inquietudes japonesas sin perder la firma estilística de su cine.

PRIMERA EDAD DE ORO: En 1930 llegó el cine sonoro con la película MADAMU TO NYOBO, de HEINOSUKE GOSHO. Desaparecieron los comentaristas y surgieron, en su lugar, guiones escritos por figuras famosas e intelectuales.

SEGUNDA EDAD DE ORO: La segunda edad de oro del cine japonés se produjo alrededor de los años 60. Había seis majors que controlaban prácticamente toda la producción del país: Nikkatsu, Shochiku, Daiei, Toho, Toei y Shin Toho.

Cine japonés en la actualidad: A partir de los años 90, entre 200 y 250 millones de espectadores acudían al cine en Japón. De las grandes majors solo quedaban tres y dedicaban más dinero a distribuir que a producir.

PRINCIPIOS DEL CINE JAPONES