Golden Box Book Publishing Elegida por la espada | Seite 12

—Tenemos que irnos ahora, pero volveremos a vernos pronto. No puedo imaginar lo duro que ha tenido que ser tener que averiguarlo todo por ti misma al no tener orientación, ahora que has aceptado tu don. El papel de la curandera es una gran responsabilidad; lamento que tu madre no pudiera ayudarte. “No tienes ni idea”, pensó Ilona. El tiempo se detuvo de nuevo e Ilona comenzó a recibir mensajes de Csenge, de los que sólo ella parecía darse cuenta: —Estoy cansada —proyectó Csenge—, quiero que esto termine. La vida no es para esto. Lamento mucho lo de sus padres, Ilona, merecían un destino mejor, eran buenas personas. No me gusta tener que mantener esa ley, que se hizo hace mucho tiempo. Se nos ha ido de las manos y tenemos que cambiar las cosas. No podemos vivir de acuerdo con las reglas que se hicieron para personas que vivían en tribus, pero Kund no quiere verlo. Durante un tiempo, pensé que me haría caso y que podríamos a cambiar las cosas, pero Ond tiene una fuerte influencia sobre él, y no puedo luchar yo sola —Csenge se detuvo por un segundo y luego continuó—. Ya no podemos gobernar al unísono, y Kund se ha convertido en un monstruo sediento de poder. Has tomado la mejor decisión al mandar a Ema al pasado. Ellos saben quién es y la quieren a ella, no a ti. No puedo hacer nada yo sola, pero juntas quizás podríamos. Tienes que encontrar la caja de oro que contiene el mensaje de los Ancestros. Tu padre la escondió en algún lugar en el pasado, donde Joland y Morana no pudieran encontrarla. Yo te ayudaré y me comunicaré de nuevo contigo cuando sea el momento adecuado. Csenge soltó la mano de Ilona con una sonrisa y el tiempo se aceleró, volviendo a la normalidad. Ilona se sintió frustrada, tenía un millón de preguntas, pero no podía hacerlas. Csenge había hablado con ella, pero lo único que podía hacer era escuchar. “Estoy en la más absoluta oscuridad. ¡No sé nada! Ilona abrió la boca para preguntar, pero la mirada de advertencia de Csenge la detuvo mientras hablaba: 12