Golden Box Book Publishing Elegida por la espada | Page 11
un par de días y un comerciante de arte está muy interesado en
organizar una exposición internacional de sus pinturas —explicó
Ilona, sin parpadear.
—Estamos muy felices por su éxito, por supuesto, pero Elza no
lo mencionó cuando llamamos —Una sutil advertencia sonaba en la
voz de Kund.
Elza, retorciéndose las manos con nerviosismo, tartamudeó:
—Me olvidé de mencionarlo. La emoción de saber que veníais.
Kund asintió y desvió su atención a Zoltan:
¿Cómo está el sexto hijo del sexto hijo? ¿Has realizado algún
viaje en el tiempo últimamente? —Sondeó.
Ilona sintió los ojos de Zoltan sobre ella, como buscando
aprobación y ella hizo un gesto, inclinando la cabeza, pensando en
que podrían oler el jabón de raíz con el que se habían duchado en
casa de Elana.
—Sí, justo hoy —dijo Zoltan—, hicimos una corta visita al siglo
X. Quería mostrarle a Ilona la coronación de Istvan —mintió, sin
problemas.
Kund le miró, desconfiando, pero no dijo nada. Comió un
sándwich y tomó un poco de té, mientras los demás, también lo
hicieron así. Durante un rato, tuvieron una tranquila charla. La
cabeza de Ilona estaba en total ebullición y no podía concentrarse en
lo que los otros estaban hablando. Estaba agradecida por la habilidad
de Zoltan para charlar mientras que ella ni siquiera podía formar un
pensamiento. Él estaba hablando de sus experiencias en el nuevo
puesto de trabajo, y del hecho de haber conocido a Ilona; también
habló de su familia. Elza no estaba mucho mejor; estaba nerviosa por
Ilona y no quiso sentarse. Rua parecía que quería estar en otro sitio.
La tensión nerviosa en el aire era palpable.
Por último, Csenge puso fin a la incómoda visita ofreciéndole su
mano a Ilona.
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