nóstico crítico.
primera es estadounidense, proveniente de la
empresa biotecnológica Moderna Therapeu-
tics y el Instituto Nacional de Alergias y Enfer-
medades Infecciosas de Estados Unidos. Este
proyecto cuenta con financiación de los Ins-
titutos Nacionales de Salud (NIH) así como la
Coalición para las Innovaciones y Preparación
para Epidemias (CEPI), una organización sin
ánimo de lucro internacional creada en el 2017
y apoyada por la Fundación Bill y Melinda Ga-
tes, el Wellcome Trust, así como gobiernos.
A su vez, el Remdesivir desarrollado para com-
batir el ébola por la farmacéutica estadouni-
dense Gilead, ha dado muestras de “inhibir efi-
cazmente” el nuevo coronavirus in vitro, según
un estudio de un grupo de científicos chinos
publicado en febrero en la revista Nature.
Trabajo a contra reloj
Lo que es cierto, es que el tiempo es funda-
mental. Aunque bien, el desarrollo de una va-
cuna podría tomar desde un año y medio hasta
décadas, cabe resaltar que gran parte del cami-
no ya está hecho, pues existen investigaciones
sobre el virus como el MERS o el SARS, que
son de la misma familia, pero existen diversas
cuestiones como las pruebas de seguridad, que
requieren tiempo para ver los efectos del nue-
vo fármaco. Algunas vacunas prometedoras se
quedan por el camino porque agravan la enfer-
medad que tratan de prevenir.
Y la segunda, siendo la más avanzada hasta
ahora, es una vacuna china impulsada por la
Academia Militar de Ciencias Médicas y desa-
rrollada junto a la empresa CanSino Biologics.
Al frente del estudio está la epidemióloga Chen
Wei, quien comenzó a trabajar en el desarrollo
de este prototipo al llegar a Wuhan, origen de
la epidemia de coronavirus, a finales de enero.
Esta vacuna fue probada en monos infectados
por COVID-19, presentando una eficaz “inmu-
nidad” a la enfermedad en el marco de una se-
rie de experimentos.
Lo que sí, es que aproximadamente 40 institu-
ciones de investigación y compañías, según la
OMS, investigan a contra reloj para encontrar
una vacuna que permita detener la pandemia.
Este prometedor prototipo chino contiene solo
ciertos antígenos específicos contra el virus,
pero no el patógeno, por lo que las autorida-
des chinas afirman que es muy segura y que,
además, de ser efectiva, están preparados para
producirla a gran escala. Según el diario Global
Times, ya se comenzó a probar en 108 volunta-
rios humanos, siendo sus primeras inyecciones
el pasado 20 de marzo.
La urgencia de encontrar una solución a este
problema se ha visto reflejada en la velocidad
en que se han obtenido las primeras vacunas
candidatas. Teniendo, al menos cuatro testadas
en animales infectados y dos con ensayos clíni-
cos en humanos, teniendo una febril esperanza
que, durante abril, se inicien al menos otros dos
más.
Dicha carrera por conseguir la vacuna no exen-
ta al resto del mundo, países como Israel y Ru-
sia. A pesar de todo esto, la OMS, no espera
que haya disponible una vacuna viable antes
del 2021. Algunos expertos más, alertan que
recortar los tiempos habituales de producción
de estos fármacos preventivos puede desem-
bocar en diversos riesgos, porque las vacunas
que se están desarrollando son tecnologías
nuevas y deben ser correctamente evaluadas.
El que estén en periodo de pruebas no significa
que ya estén disponibles. Dichas vacunas están
en una fase inicial en la que primero deberán
demostrar que son seguras y eficaces; para lue-
go que ver si existe capacidad de producción a
gran escala para producir las dosis necesarias
con las que proteger a la humanidad.
Hasta el momento hay dos muy avanzadas, la
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