Gestión del Riesgo en Colombia Gestion Riesgo Banco Mundial Colombia | Page 366

Diseñar e implementar los PTGR como instrumentos de carácter estratégico y pros- pectivo, que orienten y permitan priorizar las intervenciones y las inversiones a nivel muni- cipal y departamental. Los PTGR pretenden contribuir a la apropiación del conocimiento de los escenarios de riesgo, a la aplicación de inter- venciones integrales para la reducción y el control de los riesgos, y al fortalecimientos de la accio- nes para el manejo de los desastres. Teniendo en cuenta que estos instrumentos denotan un carác- ter altamente participativo, el conjunto de agentes institucionales y sociales que intervienen en su diseño e implementación, deben estar involucra- dos en la toma de decisiones. Así, se deben esta- blecer las agendas o planes de acción articuladas entre las entidades responsables, para desarrollar procedimientos internos, definir tareas y canali- zar y optimizar la utilización de recursos disponi- bles (entidades municipales, empresas públicas, sector privado, gobernaciones, CAR, etc.), pues los PTGR deben posibilitar la orientación del presupuesto requerido para la gestión del riesgo de cada una de las entidades según sus funcio- nes. La planificación debe estar acompañada de una mayor inversión, por esto a las instancias de Planeación y Hacienda les corresponde fortalecer los mecanismos de asignación de recursos y de verificación de las condiciones de seguridad de los distintas políticas y tipos de gasto, para ratifi- car, desde su origen, la reducción del riesgo en el ámbito municipal y distrital. Formular e implementar la política na- cional para la intervención de asentamientos en riesgo, que fije los lineamientos para la zoni- ficación del territorio, la definición de criterios de mitigabilidad y las estrategias para la acción. Los POT municipales deben establecer claramente el manejo de las zonas ubicadas en alto riesgo, de acuerdo con la política nacional que lo defina. La mitigabilidad se puede entender como una condi- ción en la que es factible técnica, económica, so- cial y políticamente intervenir un territorio para reducir el riesgo, a efectos de que permanezcan la población, la infraestructura y las actividades económicas dentro de los márgenes razonables y socialmente aceptables de seguridad (Ramírez & Rubiano, 2009). Esto significa la necesidad de ela- borar un análisis integral que permita definir si un territorio con riesgo alto puede ser o no mitigable. Dependiendo de la condición definida, se deberán establecer acciones específicas de intervención, en las cuales se consideran, entre otros, las obras de mitigación (cuando es mitigable) o el reasenta- miento de familias (cuando no es mitigable). En algunas ciudades con mayor capacidad de gestión se ha avanzado en el establecimiento de criterios de reducción de riesgo y de políticas de intervención; sin embargo, la adopción de una política nacional permitirá brindar a los municipios herramientas para el debido desarrollo de acciones orientadas al manejo de zonas de alto riesgo. Reducir el número de viviendas en zonas de alto riego, por medio de la implementación de los programas de mejoramiento integral de barrios y reasentamiento de familias en zonas de riesgo no mitigable. La focalización de accio- nes orientadas a la reducción de la exposición y la vulnerabilidad es una opción efectiva para dis- minuir las condiciones de riesgo. Esto significa incorporar en los POT y en los PD proyectos e inversiones específicas, enfocados en la imple- mentación de estos dos programas como ejes fundamentales para reducir el riesgo existente. El desarrollo de dichos programas conlleva a la par- ticipación de las diferentes entidades municipa- les para que su intervención se realice de manera completa e integral; sectores relacionados con la vivienda, la educación, la salud, el bienestar so- cial y los servicios públicos, entre otros, deben trabajar mancomunadamente. Por otra parte, y con el fin de proteger las zonas que han sido reasentadas, se requiere la creación de progra- mas de vigilancia y control del uso y ocupación Balance final y recomendaciones para fortalecer la gestión pública en materia del riesgo de desastres 341