Gestión del Riesgo en Colombia Gestion Riesgo Banco Mundial Colombia | Page 229

La falta de integración de las herra- mientas de planificación de las CAR con los POT y los PD, tanto a nivel municipal como departamental, reduce la posibilidad de contar con estrategias y acciones de reduc- ción del riesgo de desastres en los ámbitos local y regional, y dificulta una incorpora- ción más efectiva de la gestión del riesgo en la planificación del desarrollo y en los procesos de ordenamiento y ocupación del territorio. En consecuencia, los proyectos de desarrollo local y regional, las intervenciones de la política pública en las regiones y las ac- ciones de agentes públicos y privados no se articulan, ni están en capacidad de incorporar criterios de gestión del riesgo y de promover acciones coordinadas que reduzcan los ries- gos de desastres. Es claro que en las regiones analizadas el riesgo se está acumulando permanentemen- te, debido a la falta de aplicación y control de las políticas e instrumentos de ordenamiento territorial y manejo de cuencas hidrográficas. Aunque existen documentos técnicos impor- tantes para avanzar en la gestión del riesgo por inundación, la debilidad de las autoridades ambientales y de los entes territoriales para in- corporarlos en la línea base y en la ordenación y manejo de cuencas en los POT, favorece el deterioro paulatino de las características ori- ginales de los sistemas de amortiguación na- tural, aumentando al mismo tiempo el riesgo de inundaciones. Esto demuestra que es nece- sario realizar un ordenamiento territorial que defina los condicionamientos y/o restricciones impuestas por las características del territorio; éstas podrán incluir acciones relacionadas con el reasentamiento de las poblaciones con alto grado de riesgo, la implementación de obras adecuadas para corregir el riesgo existente y la promoción de técnicas que permitan desarro- llar actividades económicas con una política de 204 desarrollo rural y que no impliquen la modifi- cación del territorio, entre otras acciones. Aunque las CAR han alcanzado pro- gresos significativos en el ejercicio de la autoridad ambiental, el crecimiento de las actividades económicas y productivas inade- cuadas sobre los ecosistemas ha puesto en evidencia que, en su mayoría, no cuentan con las capacidades para sancionar y disuadir las actividades legales e ilegales que atentan contra la protección de ecosistemas estraté- gicos, el cuidado de las cuencas hídricas y los recursos de la biodiversidad. Con respecto a las intervenciones de carácter punitivo, no existe una cobertura institucional apropiada en el departamento o región que guíe las medidas sancionatorias. Persiste además una debilidad en las herramientas de carácter policivo, y es común la ausencia de sostenibilidad en las ac- ciones ejercidas como autoridad ambiental 22 . Esta situación no permite que se realice una protección apropiada a los recursos ambienta- les y contribuye a afianzar los factores genera- dores de riesgo de desastres. La forma heterogénea que tienen las CAR para ejercer su rol de autoridad am- biental contribuye en algunas regiones a profundizar las causas que desencadenan los desastres. Un ejemplo que ilustra dicha problemática es la deforestación en las cuen- cas como consecuencia de actividades pro- ductivas y de extracción pocos sostenibles. Estas actividades contribuyen a la generación de procesos de erosión y desestabilización, que aumentan la probabilidad de ocurren- cia de deslizamientos e inundaciones, la re- ducción de la cantidad y calidad de agua, la acumulación de sedimentos y otros graves 22 Vale la pena mencionar que muchas de las regiones estratégicas están habitadas por actores al margen de la ley. Análisis de la gestión del riesgo de desastres en Colombia: un aporte para la construcción de políticas públicas