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CAR. Dichos Planes materializan las visiones
estratégicas de los PGAR y son las herramientas
que definen y orientan las inversiones ambienta-
les que desarrollará la CAR en su jurisdicción.
Los POMCA son determinantes para la
preparación de los POT de los municipios, y
deberían ofrecer pautas para guiar los proce-
sos de ordenamiento territorial, al ser jerar-
quía normativa de otras disposiciones legales
con que cuentan las entidades; sin embargo, en
muchas ocasiones los POMCA toman la infor-
mación puntual de amenazas de los POT mu-
nicipales y no brindan análisis de las cuencas
de una manera integral. En la mayoría de los
POMCA sólo se enuncian los tipos de fenóme-
nos presentes en las cuencas, mas no se expone
un análisis espacial de la amenaza y menos del
riesgo. Muchos de ellos en lugar de contribuir
a los POT, lo que hacen es recoger información
de estos mismos, al extremo incluso que algunos
mencionan que debido a que los POT municipa-
les no cuentan con información sobre amenazas,
por tal motivo tampoco la incluyen en los planes
de cuencas. El POMCA del 2007 desarrollado
por las CAR relacionadas con la ecorregión del
Canal del Dique incluye los mismos conceptos
sobre amenazas que existen en los POT de la re-
gión no constituyen realmente una mirada inte-
gral de las amenazas por inundación que son, en
primer orden, las que ameritan mayor atención
en las cuencas. Lo mismo ocurre en los POMCA
de la cuenca del río Bogotá, que por lo demás,
salvo el Distrito Capital, ningún POT municipal
ha incorporado debidamente la problemática de
inundaciones. La frágil inclusión de los elemen-
tos para la gestión del riesgo en los instrumentos
de planificación regional, los cuales deberían ser
orientadores y determinantes para la construc-
ción de los POT, debilita la integración entre las
dos herramientas, y a su vez, de éstas con los PD
municipales y departamentales. No obstante, se
resaltan casos como los POMCA de la cuenca
del río Sinú y de La Mojana, en donde el análisis
de amenaza se desarrolló adecuadamente, pero
la información no fue contemplada en los POT
municipales, ni en el PGAR.
A la debilidad en la incorporación del
enfoque de gestión del riesgo en los instru-
mentos de planificación se suma la ausencia
de una articulación real de los instrumen-
tos ambientales. Los instrumentos de plani-
ficación ambiental han incluido sólo algunos
elementos de la gestión del riesgo, debido a la
información fragmentada y altamente depen-
diente del interés de actores particulares. Sólo
aparece una mención general de las amenazas
por fenómenos naturales en los componentes
de marco general y en el diagnóstico de los
PGAR, los Planes de Acción y los POMCA, así
como en las visiones regionales y en la síntesis
ambiental de los instrumentos. Esta manera
particular de abordar la temática es el resulta-
do de la ausencia de una perspectiva integral
que reúna y articule otros enfoques comple-
mentarios, privilegiando una visión sectorial
de la gestión ambiental sobre una más integral
y holística, asociada con el control y manejo
de los riesgos por fenómenos naturales. Aun-
que los PGAR se encuentran más integrados
a los Planes de Acción, ya que estos últimos
ponen en marcha las estrategias y líneas de ac-
ción de los primeros, no existe una clara vin-
culación con los POMCA. En otras palabras,
los PGAR y los Planes de Acción no se articu-
lan con los POMCA. Aunque la naturaleza de los
POMCA muchas veces excede las jurisdicciones
de las CAR, los PGAR y los Planes de Acción
se traducen en herramientas complementarias
para asignar los recursos y mejorar el orde-
namiento y manejo de las cuencas. La ausen-
cia de articulación entre instrumentos impide
que las estrategias desarrolladas por estas tres
herramientas sumen esfuerzos y surtan mayor
impacto en las regiones.
Rol de la administración del territorio en la gestión del riesgo de desastres
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