Generando Arte La Revista - Número 1 Generando Arte. La Revista Número 1 (Febrero 2015) | Page 34

Hildegard von Bingen S El hombre Universal, Fol. 9, Liber divinorum operum I, 2. 34 e sabe que el único refugio para desarrollar las capacidades intelectuales de las mujeres ha sido durante siglos la iglesia. Es allí donde las grandes pensadoras abstraídas de toda realidad patriarcal pudieron expresar su naturaleza sabia. Mucho nos ha costado rendir homenaje a estas mujeres por el simple hecho de pertenecer a esta institución polémica, sin embargo son numerosos los estudios realizados a santos, clérigos y pensadores hombres. Se han escrito miles de artículos sobre San Juan de la Cruz, he estudiado a San Agustín, reflexionado junto a Santo Tomás de Aquino, disfrutado con Beato Angélico y soñado con las iluminaciones del Beato de Liébana. Ya es tiempo de separar a estas mujeres de dicha institución, estudiar su obra y descubrir con ellas los matices de su época. Hildegard, procedente de una familia de 10 hermanos, fue entregada a la iglesia como diezmo a la edad de 8 años donde desarrolló todo su trabajo hasta su muerte. Nació en Alemania a principios del siglo XI, su nacimiento coincidió con la primera cruzada en 1098. Con 6 años comenzó a tener visiones que continuaron durante toda su vida. A los 15 años profesó como monja y en 1136 fue elegida abadesa de su comunidad. En el año 1141 comenzó a escribir su obra principal Scivias, (Scire vías Domini ó vías lucís = Conoce los Caminos), obra que tardó 10 años en completar (1141-1151). Este manuscrito consta de 26 visiones con 10 iluminaciones de página entera, así cómo varias capitulares historiadas y decorativas. Hildegard tenía dudas sobre escribir lo que percibía, consultó entonces con San Bernardo de Clavaral y no solo recibió su aceptación sino que el Papa Eugenio III dio su aprobación después de un informe favorable de la comisión de teólogos.