generación nini dossier | Page 6

El futuro de los ni- ni= desempleo + trabajo informal La palabra “nini” en su significado original se utilizó para hablar de los jóvenes que no estudian ni trabajan por su propia decisión, actualmente también se emplea para referirse a los que ya han terminado la escuela secundaria y no encuentran trabajo por falta de oportunidades laborales. La producción de las Pymes cayó sustancialmente durante el 2018 debido a la coyuntura de recesión que se vive en el país. Un tercio de las firmas califican su situación económica como “mala o crítica” a causa de la devaluación del peso, al aumento de los costos y las dificultades para trasladar esos incrementos a los precios, así como la subida en los gastos financieros, producto de las altas tasas de interés y dilatación en los plazos para cobrar las mercancías. Muchas de ellas se vieron obligadas a despedir a gran parte de sus empleados para poder seguir subsistiendo. El desempleo es un problema para los adultos pero mucho mayor para los jóvenes de entre 18 y 25 años. De acuerdo a datos privados de la consultora especializada en RRHH, Adecco, los “NI-NIs” ya son más de un millón en el país, y de ellos hay más de 700.000 que ni siquiera buscan empleo. Los estudios secundarios, terciarios y universitarios ya no son valorados por las nuevas generaciones. “Para que voy a estudiar, para colgar el título en la pared”, dijo Juan Ignacio González, un vecino de Tigre, cuando se le consultó por qué no estudia una carrera o un oficio. Su respuesta fue contundente. Vemos como estos jóvenes ya no valoran el sacrificio, el trabajo, el esfuerzo por conseguir los logros personales y la capacitación. Claramente el desempleo afecta más a los jóvenes que más necesitan trabajar, los provenientes de hogares de menores ingresos. El género es otro predictor de vulnerabilidad laboral, son más las mujeres jóvenes desempleadas frente al número de varones desempleados. Esto se debe a que las jóvenes quedan embarazadas antes de los 18 años, muchas veces abandonan la escuela y deben cuidar a sus hijos ya que no pueden pagar una guardería. A esto se suma la incidencia de la informalidad, los jóvenes que no terminaron el secundario o sí lo terminaron pero no consiguen un empleo formal, terminan trabajando en forma precaria. Entonces, más allá del desempleo entre los jóvenes, otro problema tanto o más serio es la informalidad, que se traduce en que en su mayoría ganan el salario mínimo o menos, trabajan por jornadas extendidas, en situaciones insalubres y sin la protección legal de la Ley de contrato de trabajo (sin vacaciones pagas, sin licencias por estudio, por maternidad o paternidad en caso de tener un hijo, ni aportes jubilatorios u obra social para atender su salud y la de su familia). Esto tiene consecuencias graves para su futuro. La informalidad en el primer empleo es un predictor 6