Desde este punto de vista, podríamos
decir que la generación de Baby
Boomers tuvo padres con un estilo muy
masculino, distante en el que el padre
proveía y la madre cuidaba su hogar y la
familia, la generación X tuvo padres con
un estilo mixto con madres que ya
comenzaban
a
trabajar
y
profesionalizarse con padres que vivían
para el trabajo pero le dedicaban tiempo
a su familia. Mientras que los de la
Generación Y tuvieron en general padres
con estilo más femeninos, donde las
emociones se hacía manifiestas, el
trabajo ocupaba un lugar secundario, los
dos trabajaban por igual, el hombre hacia
quehaceres domésticos y el ejercicio de
la autoridad era compartido.
que incluya y no divida, que comprenda
y no juzgue, que enseñe y no se guarda
lo que sabe. Una generación mejor de
líderes.
La
incorporación
de
nuevas
generaciones a las empresas, el continuo
y acelerado cambio que se vive en la
sociedad, la irrupción de las nuevas
tecnologías y el cambio brutal en cuanto
a los valores han hecho que las personas
que integran la empresa, que son su
mayor valor agregado, hayan cambiado
sus necesidades y lo que desean de un
líder. Sus líderes no lo han entendido y
de allí el descontento. Simplemente no
están satisfaciendo las necesidades de
sus seguidores.
Para conducirlos, entonces, los líderes
necesitan desplegar, de alguna manera,
sus condiciones femeninas, tales como la
escucha, la contención, ponerse en el
lugar del otro, entre otras. Estos jóvenes
demandan más cercanía, interacción,
innovación, trabajo en equipo y además
les gusta ser escuchados y trabajar con
autonomía. Aspira a ser escuchados por
sus líderes, participar de la toma de
decisiones, tener jefes que los ayuden a
desarrollarse.
También
que
las
estructuras
organizacionales
sean
flexibles y los horizontes posibles. Estos
jóvenes buscan organizaciones que los
involucren, integren, motiven, los hagan
crecer y desarrollarse y, por sobre todo
que los tengan en cuentan como personas
y valoren su tiempo libre. Este cambio en las necesidades y deseos
de los empleados se debe a varios
factores sociales:
1. La incorporación de mujeres al
liderazgo de las empresas con un
nuevo estilo marcadamente
femenino y exitoso.
2. La búsqueda de una vida mejor
en el trabajo por parte de los
empleados.
3. La incorporación al trabajo de la
Generación Y, que busca líderes
y
organizaciones
con
características blandas.
4. La cada vez mayor valoración de
las virtudes de lo femenino por
parte de las empresas.
Pero pocas son las empresas que ya han
entendido y muchas las que lo ignoran o
creen poder satisfacer esas necesidades
simplemente dando masajes o colocando
una mesa de ping-pong o un video juego
en algún salón. El sitio trabajando.com realizo una
encuesta a más de 2500 argentinos, de la
cual se prende la visión de los empleados
respecto de su trabajo. Estos fueron los
resultados:
Si bien estas acciones son valoradas por
los empleados, lo que verdaderamente se
necesitan es involucrar un nuevo estilo
de conducción. Un estilo que integre lo
mejor de las tres generaciones que
conviven hoy en las empresas. Un estilo El 73% de los empleados argentinos está
descontento con su trabajo. De ellos:
El 41% manifestó no gustarle su
actual trabajo y estar en búsqueda
de otras opciones.
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