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el Labour Party, que bajo la dirección de Tony Blair (1994-2007) aceptó los postulados políticoeconómicos que habían estado vigentes en Reino Unido durante los ochenta y noventa. Éste fue, sin duda alguna, factor clave para ganar tres elecciones de forma consecutiva (1997, 2001 y 2005). De hecho, cuando tuvo lugar la primera de sus victorias, analistas políticos como Álvaro Vargas Llosa o Walter Oppenheimer, sostuvieron la tesis de que la gran vencedora de esos comicios había sido Thatcher. Charles Powell también seguía este hilo conductor: “para ganarles (a los tories), Blair se ha visto obligado a tirar por la borda una parte del bagaje ideológico del laborismo tradicional y dar por buenos aspectos más destacados del legado tacherista. (…). Lejos de ser un referente exclusivamente negativo, para la estrategia del nuevo laborismo Mrs Thatcher es sinónimo de continuación y liderazgo fuerte”6. Sin embargo, hoy en día, el actual Primer Ministro Gordon Brown para solucionar la crisis económica que sufre Gran Bretaña, ha optado justo por lo contrario, esto es, por la intervención, fórmula que ya aplicaron sus predecesores Harold Wilson (1974-1976) y James Callaghan (1976-1979)7 con nefastos resultados tanto para el país (aumento del paro, deterioro de las condiciones de vida…) como para el propio laborismo pues su política estaba subordinada a las Trade Unions (los sindicatos). 3. El Tacherismo como revolución total y necesaria ante un panorama desolador Grupo de Estudios Estratégicos GEES Margaret Thatcher llega al poder en mayo de 1979 con un credo político nuevo y que había ido exponiendo durante sus años como líder de la oposición (1975-1979) al gobierno laborista del binomio arriba citado. Ella misma, en unos de sus discursos más grandes de la campaña electoral, el titulado “Now is the time to choose” (16 de abril de 1979) sostenía que la elección eran claramente una. Con sus propias palabras: “continuar como estamos que es la opción fácil pero no podremos hacerlo por más tiempo ya que año tras año Reino Unido está cayendo por detrás de sus vecinos y el pueblo británico no tolerará por más tiempo que su país se convierta en el más pobre de Europa Occidental. (…) Pero no necesitamos continuar como estamos, nuestro declinar no es inevitable. Gran Bretaña fue una vez un gran país pero la grandeza desaparecerá a menos que cambie”8. Desde 1945 a 1979 laboristas y conservadores se sucedieron en el gobierno británico, aunque con mayor presencia de los segundos. Unos y otros aceptaron el consenso de posguerra, esto es, los postulados del Estado de Bienestar, como propio. En este sentido, los tories, tras su derrota en las elecciones de 1945 a manos del Labour Party liderado por Clement Attlee, dieron un giro ideológico que tuvo dos consecuencias interrelacionadas: a) aceptación del Estado Providencia. b) eliminación del cualquier componente liberal en sus programas políticos. 3 Análisis nº 7370