relativismo nunca ha sido ni será la
receta adecuada.
Se trata de una tarea fácil de formular pero difícil de llevar a la práctica.
Para acometerla, el pasado más reciente nos ofrece su ejemplo como
paradigma a seguir puesto que en
defensa de la libertad, Thatcher libró
una batalla sin complejos empleando un credo político que estaba en
desuso en aquel momento… y la
ganó.
2. El Tacherismo: una ideología con
capacidad de influir en los suyos y
en sus rivales
Las recetas económicas y políticas
aplicadas por Margaret Thatcher,
tras su triunfo electoral de mayo
1979, sirvieron para la recuperación
del declive económico en el que estaba sumido el país producto, en
gran medida, de la aceptación por
laboristas y conservadores del denominado “consenso de posguerra”
como receta única e infalible para
dirigir el destino del país.
Thatcher, por el contrario, apostó
por las soluciones liberales, algo a lo
que muchos en el Conservative Party se oponían, empezando por su
antecesor Ted Heath, quien con motivo de las elecciones de 1970 tuvo la
opción de aplicarlas, pero la presión
de los sindicatos y de la izquierda
laborista le disuadió.
Al respecto, Thatcher en 1996, durante el homenaje a su gran colaborador Keith Joseph (1918-1994) afirmaba:
“fue esa flaqueza fundamental en el corazón del conservadurismo la que aseGrupo de Estudios Estratégicos GEES
guró que incluso los políticos conservadores se consideraran a sí mismos destinados meramente a administrar un rápido cambio hacia algún tipo de Estado
socialista. Esto fue, lo que siguiendo a
Keith (Joseph), llamamos el efecto trinquete”3.
Vemos como esta tesis es idéntica a
la sostenida en 1975, una vez elegida
líder del partido derrotando en las
“primarias” a James Prior, William
Whitelaw y George Howe:
“lo que estamos viendo es que el socialismo simplemente no funciona. Lo que
estamos viendo en Reino Unido ahora
no es una crisis del capitalismo sino del
socialismo. El Estado controla la economía restringiendo la libertad sin producir prosperidad. Eso es lo normal en
los países comunistas.(…). En comparación con los países comunistas, los occidentales han mostrado que la libertad
funciona. Pero en Reino Unido esa libertad está siendo permanentemente
amenazada y erosionada. (…). Yo creo
que la gente desea tener más libertad de
elección en cada uno de los aspectos de
su vida: libertad para elegir dónde trabajan, libertad para elegir las mejores
escuelas para sus hijos; libertad para
tener propiedad privada y para tener
vivienda. El deseo de los ministros laboristas es restringir la libertad de la gente
y es que ellos no tienen confianza en que
la gente elija acertadamente y dirija sus
propios asuntos.(…). El socialismo tiene
que ser derrotado y pronto, o será demasiado tarde”4.
El ideario político-económico (difundido a través de centros de investigación como el Centre for Policy Studies5) adoptado la “Dama de
Hierro” no sólo cambió a su país y a
su partido, sino también a su rival,
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Análisis nº 7370