Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea AFECTIVA , IRRACIONAL , QUE INFLUIRÁ EN LA DIRECCIÓN DEL SÍMBOLO HOMÓLOGO EMERGENTE ; por el contrario , cuando el lenguaje es habitual , las referencias ( 3 ) y ( 4 ) son equilibradas y componen una referencia a sí mismo del caso ( a ), capaz de dirigir la energía del símbolo emergente directamente a la esfera de luz .
El mito , por ser notado en el lenguaje contextual de un plano de máxima oblicuidad , causa una referencia afectiva de gran magnitud que inclina , según vimos , al símbolo sagrado hacia la esfera afectiva y el sujeto irracional . Cuando estudiemos el comportamiento autónomo del mito , en el próximo artículo , se pondrá en evidencia la importancia que reviste el hecho de que el símbolo sagrado pertenezca al caso ( c ).
En lo que sigue , partimos de la hipótesis de que el símbolo sagrado emerge en la esfera de luz y se presenta frente al sujeto consciente . El término de esa emergencia es la fantasía , a la que el símbolo sagrado SE SUPERPONE , del mismo modo que lo hace cualquier símbolo o representación consciente para responder a la flexión cognoscitiva del sujeto consciente .
Regresemos ahora al punto de vista del sujeto consciente y hagamos un resumen de lo ocurrido hasta aquí . En principio el sujeto percibe directamente a la fantasía del pez alado ; las flexiones que realiza para comprenderla provocan la reacción de la razón y su respuesta conduce al sujeto cultural a notar el concepto del pez real y a producir su representación racional ; casi instantáneamente emerge la imagen del pez real y se superpone a la fantasía ; el sujeto consciente apercibe entonces que la fantasía ES un pez , pero , simultáneamente , intuye que la descripción es incompleta ; al mantener su atención reflexiva dirigida a la fantasía , con el objetivo de comprender los brazos y las alas , que aún carecen de significado ( racional ), el sujeto consciente " obliga " al sujeto cultural a profundizar en el concepto-tajada del pez real ; se produce , así , un flujo de imágenes del pez real que , en procesión , se van superponiendo a la fantasía y ocasionan , al sujeto consciente , la apercepción de que la fantasía se va tornando cada vez más significativa . En este punto habíamos quedado .
Observemos que ese mayor significado que el sujeto consciente apercibe en la fantasía , a cada instante , implica una denotación cada vez menor del pez real y cada vez más aproximada al pez alado . Sin embargo , hasta aquí , el fenómeno no difiere en nada del enmascaramiento racional de las fantasías que estudiamos en el comentario Segundo del artículo anterior .
Por supuesto , cuando la situación cambia radicalmente es en el momento en que emerge , en la esfera de luz , el símbolo sagrado : ENTONCES LA FANTASÍA DEJA DE INTERVENIR EN EL FENÓMENO Y SE AUSENTA DEFINITIVAMENTE DEL PLANO OBJETIVO . ¿ Por qué ? Respuesta : Porque el enmascaramiento por un símbolo sagrado resulta energéticamente insuperable para cualquier objeto ideal . Ahora bien , toda representación consciente , aun aquella que enmascara a una fantasía , intenta desplegar en un proceso la potencia de sus símbolos arquetípicos , proceso que , según vimos , enajena la atención del sujeto consciente y pone a prueba su fuerza volitiva : EL SÍMBOLO SAGRADO , COMO TODA REPRESENTACIÓN QUE ENMASCARA A UNA FANTASÍA , INICIA UN PROCESO ENTELEQUIAL AUTÓNOMO EN EL INSTANTE MISMO QUE IRRUMPE EN LA ESFERA DE LUZ . Pero hay una diferencia entre ambos procesos , una esencial y peligrosa diferencia : mientras que toda representación está referida a sí mismo , al esquema de sí mismo , es decir , a la esfera de conciencia , el símbolo sagrado se presenta en la esfera de luz REFERIDO AL SUJETO CONSCIENTE ; ocurre así porque el símbolo sagrado se ha montado , de entrada , sobre una fantasía , sobre un objeto ideal sostenido esencialmente por el sujeto . Esto se entenderá mejor si recordamos que toda fantasía representa objetos , o situaciones objetivas , IRREALES , sin existencia en el mundo exterior ; tales objetos irreales ,
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