La fenomenografía, tal y como fue definida por Marton, es un enfoque
empírico cuyo objetivo es identificar las formas cualitativamente diferentes, en las
que diferentes personas experimentan, conceptualizan, perciben y comprenden
diversos tipos de fenómenos22. El método se caracteriza por la identificación de las
variaciones (en función de la edad, la cultura, los períodos históricos, el género...)
en la descripción de los fenómenos, que se basa en el análisis de entrevistas
individuales, principal material empírico en este tipo de trabajos, aunque también
pueden utilizarse otras estrategias de recogida de información, como la
observación o el análisis de documentos.
En el ámbito educativo, la fenomenografía se ha ocupado fundamentalmente
de la comprensión de los procesos de aprendizaje del alumnado (Hernández Pina,
1993a). También se han realizado estudios sobre las concepciones que sobre la
enseñanza mantiene el profesorado (Larson, 1987).
7.2.8.2. La Etnometodología
La etnometodología es la perspectiva teórica y metodológica a la que se le
atribuye como principal raíz disciplinaria la sociología. Constituye una corriente
sociológica de pensamiento que tiene sus orígenes en los años sesenta en los
Estados Unidos en tomo a la obra de H. Garfinkel (1967) Studies in
Ethnometodology,
fundamentada
en
la
tradición
fenomenológica
y
el
interaccionismo simbólico.
La sociología fenomenológica ha producido sobre todo obras conceptuales y
teóricas, por ejemplo, las de Schultz o Berger y Luckrnann, y la etnometodología
22
La fenomenografía no es sinónimo de fenomenología. El propio Marton ha dedicado alguna de sus
publicaciones a precisar esta cuestión (Marton, 1994). Para la fenomenología, el foco de atención es la
esencia de la experiencia; para los fenomenógrafos, las variaciones conceptua