se caracteriza por sus numerosos estudios empíricos, desde los análisis de
ambientes institucionales, como juzgados o comisarías, hasta el análisis de las
conversaciones, las formas de pasear o de hablar en público (Valles, 1997).
La etnometodología aborda la cuestión de cómo las personas construyen la
realidad social en y a través de procesos interactivos, y se centra en el estudio de
los empleados por aquéllas para dar sentido a sus prácticas sociales cotidianas.
Los etnometodólogos aceptan la importancia de las construcciones de significado,
pero no se interesan tanto por las actividades mentales de la persona cuanto en la
acción y en la interacción procedentes de dichas actividades (Caballero Romero,
1991). Se centra el análisis cualitativo detallado de las pautas de interacción
social, la manera en que las personas crean y construyen sus formas de vida, el
orden y las reglas sociales.
Se pueden identificar distintos tipos de investigación realizados desde los de
la etnometodología (Caballero Romero, 1991): los iniciales "experimentos de
Harold Garfinkel; el enfoque del análisis conversacional establecido por Havey
Sacks; el enfoque cognitivo inspirado en las críticas de Axón Cicourel
estructuralismo, y los trabajos de Don Zimmerman, D. L. Wieder y Melvin Pollner,
el enfoque situacional. El análisis conversacional configura una de las tendencia
de la investigación más sólida de la etnometodología y que mayor cuerpo de
estudios ha inducido.
Rodríguez Gómez et al. (1996) enumeran diversos estudios realizados desde
la metodología en el ámbito de la educación y que se agrupan en tormo a dos
temas fundamentales: a) la organización social de las clases, y b) los estudios
sobre los sistemas de turno-de-palabra y la organización conversacional de las
lecciones en clase.
Aunque la mayoría de los estudios etnometodológicos se han desarrollado a
tratar procesos etnográficos, prestan una especial atención a la interacción, a los