Tabla 7.12. Modelos de evaluación de programas (Rebollo, 1993)
La evaluación se centra en el análisis crítico de las circunstancias
personales, sociales, políticas y económicas que rodean la propia acción.
Se plantea que los cambios individuales de los participantes servirán
como base para cambios más globales a nivel institucional y comunitario.
El contenido de la evaluación hace referencia tanto al proceso por el cual
se toman las decisiones como a las acciones derivadas de tales
decisiones. Así, los contenidos de la evaluación se plantean de manera
abierta y flexible.
El evaluador asume una posición dentro del grupo de implicación y
compromiso, facilitando y guiando el proceso de evaluación. Su papel es
básico como agente dinamizador del mismo. El programa se encuentra
condicionado por las circunstancias sociales, vivénciales, e históricas de
los participantes, y el consenso entre los mismos será fundamental para el
desarrollo de todo el proceso. Rebollo (1993) señala que existe un vacío
de propuestas de modelos teóricos desde esta perspectiva y se requiere
un mayor desarrollo teórico y metodológico de este enfoque.
En la Tabla 7.13 se presenta una síntesis de los modelos señalados
anteriormente, según su finalidad, contenido, unidad de evaluación, en qué se
fundamenta la toma de decisiones y el papel del evaluador.