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Existe un equipo formado como mínimo por un profesor, un investigador y
un técnico en desarrollo.
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Los problemas de investigación son mutuamente definidos por profesores
e investigadores. Los problemas emergen de lo que concierne a todos y
de la indagación realizada por el equipo, atendiendo prioritariamente a los
problemas de los profesores.
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Las decisiones que hacen referencia a cuestiones de investigación,
procedimientos de recogida de datos, desarrollo de materiales, etc., son
fruto de un esfuerzo cooperativo.
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El equipo trabaja al mismo tiempo en la investigación y en el desarrollo
relacionados con la producción del conocimiento y su utilización.
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Los profesores desarrollan competencias, habilidad y conocimientos de
investigación, en tanto que los investigadores se reeducan a sí mismos
con la utilización de metodologías naturalísticas y estudios de campo.
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Se reconoce y utiliza el proceso como una estrategia de intervención para
el desarrollo profesional en tanto que se lleva a cabo una rigurosa y útil
investigación.
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Los resultados son utilizados en la solución de problemas prácticos.
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Profesores e investigadores son coautores de los informes de
investigación.
Son dos los rasgos más destacables de un proceso de estas características:
el enfoque cooperativo que subyace a toda la investigación y el carácter
simultáneo y mutuamente complementario de los procesos de investigación
educativa y desarrollo profesional (Bartolomé, 1994b).
El proceso de investigación cooperativa no hace tanto énfasis en las
espirales de cambio del modelo de investigación-acción propuesto por Lewin
cuanto en el trabajo conjunto y en colaboración que se produce entre los
miembros del grupo.