sentido que la experiencia ha tenido para ellas, preguntándose: ¿Qué incidencia
ha tenido esta investigación para mí, para el grupo? ¿En qué hemos mejorado o
cambiado? ¿Cómo y de qué manera ha incidido en la transformación de nuestra
propia práctica y del entendimiento que poseemos de la misma? ¿Cómo
actuaríamos en un futuro a la luz de los resultados obtenidos y del aprendizaje que
hemos experimentado? Estas reflexiones constituirían el final de un ciclo de
investigación-acción y significarían el posible inicio de una espiral de cambio,
entrando en la fase de replanificación.
Para finalizar, en la Figura 7.4 se recogen las distintas etapas del proceso de
investigación-acción que se han descrito, así como la articulación entre las
mismas.
La espiral autorreflexiva vincula la reconstrucción del pasado con la
construcción de un futuro concreto e inmediato a través de la acción. Y vincula el
discurso de los que intervienen en la acción con su práctica del contexto social.
7.2.5.4. Modalidades de investigación-acción
Existen diversas modalidades y corrientes que inspiran los procesos de
investigación que generan distintos modelos de investigación-acción. Bartolomé
(1997) presenta diversos "rostros" que la investigación-acción ha adquirido a lo
largo de su historia y que fundamentalmente son: la investigación participativa, la
investigación-acción práctica, relacionada básicamente con el movimiento de
desarrollo curricular en Gran Bretaña, la investigación-acción crítica y la
investigación acción cooperativa o colaborativa.