y los cursos formales y no-formales impartidos en investigación
educativa, tanto nacional como internacionalmente, por las
investigaciones realizadas y por mi participación como
directora y lectora de tesis de grado y postgrado, el poder hablar
de una experiencia regional específica. Por otro lado, la
participación en discusiones con colegas de mi disciplina y de
otras, la revisión y evaluación de artículos e informes de
investigación, que también me han brindado la oportunidad
de conocer la problemática a que se enfrentan, en general, las
personas que desean o deben realizar una investigación y, en
particular, las y los docentes que deciden llevar a cabo una
investigación de carácter cualitativo. Además, la reflexión
sistemática que he realizado sobre la problemática, así como mi
formación, me hacen acreedora de un acervo que es necesario,
urgente y justo compartir.
Mi vivencia como docente e investigadora y como
asesora y consultora en investigación y evaluación siempre han
estado permeadas por todas las actividades sustantivas unas,
paralelas otras, de todo proceso investigativo: gestación,
planeamiento, diseño, desarrollo, ejecución, financiamiento y
evaluación, al igual que de todas las pequeñas, pero no menos
importantes, labores de carpintería propias de todo
proyecto investigativo.
Otro aporte adicional es que a pesar de la existencia de
múltiples libros sobre investigación cualitativa, muchos de
ellos traducidos o escritos por autores de otras latitudes, es decir
de otros contextos, con otras visiones de mundo, de sociedad
y ser humano que, desde el punto de vista epistémico,
contradicen los fundamentos mismos de la investigación
cualitativa. Deseo aclarar que valoro muchos de sus aportes,
pero cuestiono las posiciones hegemónicas de algunos y la
confusión paradigmática de otros, que se evidencia al
aproximarse al paradigma cualitativo desde una perspectiva