Fundamentos de la Inv. Cualitativa | Page 305

LECTURAS COMPLEMENTARIAS Las modalidades de trabajo precarias, seguramente sin marco de seguridad social, de bajos salarios y condiciones físicas extenuantes bajo fuerte control del patrono, en su mayor parte en pequeñas empresas y microempresas, cuando se trata de un trabajo asalariado en actividades del sector informal, de aquellas que en el distrito de Aguablanca tienen empleos asalariados, según parece ser el del testimonio, generan también un cierto ambiente de violencia que hace muy poco grato el trabajo, con el consiguiente deterioro anímico y orgánico del trabajador. Esta situación se manifiesta corporalmente en el testimonio a través de las expresiones "shock nervioso" con pérdida del sentido, sentirse "sin energías... agotado", trabajar "de mal genio". Una propuesta de interpretación A partir de la metáfora (Sontang, 1979) de las enfermedades nerviosas o del sistema nervioso, en cuanto síndrome vivido por la población de los sectores populares en el distrito de Aguablanca, procedente de diversas etnias y tradiciones socioculturales y cruzada por múltiples formas de religiosidades populares, se codifican diversos eventos de lo cotidiano en la vida de estas familias. Esta metáfora, de la cual forman parte también las enfermedades socioculturales, no puede asumirse como un discurso consciente y coherente que se contrapone al discurso médico "científico". Por el contrario, se trata de una metáfora que al modo de discurso está en permanente reconstrucción y renovación a partir de distintos fragmentos discontinuos, en donde participan tradiciones gnósticas, espiritistas, indígenas, negras, católicas, protestantes fundamentalistas, y también elementos del discurso médico "científico". En realidad, es un tipo de representación colectiva que configura una especie de collage abigarrado de elementos sintomáticos sobre los cuerpos de las personas y sus familias, que marcan la presencia de estados morbosos bajo la designación de estar enfermo de los nervios, o de estar atacado por maleficio o brujería, o tener susto o mal aire. También sufrir de envidia. Desde una perspectiva fenomenológica de la salud y la enfermedad, en la dirección contemporánea de Kleinman (1986 y 1988) y Pandolfi (1990), la vivencia de la enfermedad como sufrimiento, a nivel de la subjetividad, es el resultado a la vez de una dinámica 305