LECTURAS COMPLEMENTARIAS
En estos testimonios el eje del conflicto pasa por las relaciones conyugales, con un
elemento en común interesante, el sufrimiento de las dos mujeres se coloca directamente
en el ámbito de su sexualidad. La primera se siente traicionada con otra mujer y de
pronto abandonada efectivamente, la segunda porque "ni siquiera disfruta el sexo con él"
en medio de una relación altamente conflictiva de subordinación con maltrato por parte
del cónyuge. En ambos casos los nervios entran a formar.parte de los síntomas y/ o
signos sentidos y designados por las pacientes, vinculados a otros aspectos que
configuran el cuadro "clínico". Sin embargo, vale la pena resaltar el carácter ambiguo del
síndrome de las enfermedades nerviosas, en estos dos testimonios muy marcado, que
lo constituye la percepción corporal de vivir el sufrimiento con aparente resignación.
De nuevo estos conflictos, al igual que los anteriores, indican la presencia a escala
microsocial de sujetos en condiciones de mayor fragilidad o vulnerabilidad en las
familias, mujeres y niños, que soportan formas de violencia cotidianas, y las inscriben
a su manera en sus propios cuerpos.
Otro elemento interesante para comentar del primer testimonio lo constituye la relación
entre brujería y traición del marido. La mujer presupone que el esposo le ha hecho
alguna "brujería" (una forma de agresión simbólica muy poderosa en la percepción de
ella), lo cual complica seriamente el cuadro de enfermedad nerviosa de la paciente.
Además de la traición amorosa existe un procedimiento para hacerla sentir mal,
posiblemente para colocarla fuera del camino del nuevo objeto de deseo del esposo.
De tal manera una enfermedad sociocultural (brujería o "maleficio") entra a desempeñar
un papel sobresaliente en la interpretación-percepción de un estado morboso, en este
caso en las relaciones conyugales.
Violencia en el espacio laboral (o condiciones precarias en el empleo):
"Sufrí hace tres días un schok nervioso, perdí el sentido como quince
minutos. Cuando volví en sí estaba muy cansado, me sentía sin energías,
agotado... es que yo trabajo todos los días muy tensionado porque mi
patrón exige mucho. Hace mucha presión por todo, es déspota y gritón.
Desde que trabajo ahí permanezco de mal genio".
Paciente hombre de 25 años, soltero, nacido en Cali, mestizo-blanco,
vecino de Marroquín II.
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