LECTURAS COMPLEMENTARIAS
atraído por la acción de la mente). De este modo el campo de los nervios es el universo
de la mente o lo mental. Este discurso es, además, muy coherente en la tradición
gnóstica, la que enfatiza el manejo de las capacidades innatas en la mente de las
personas. Por otro lado, desde una perspectiva diferente, José Santana Tandioy
explícitamente afirma el papel de consejero psicológico del curandero en el manejo de
los "traumas hogareños".
Un aspecto interesante en la propuesta terapéutica de José Santana, la cual se puede
entender en el contexto de la representación de lo nervioso a las enfermedades de los
nervios para estas culturas médicas populares, es "ponerse en el campo del paciente
para conocer su problema". Este campo son los acontecimientos de su vida cotidiana,
en una dinámica de pasiones y deseos, conflictos de intereses, juegos de poder y
contrapoder; en fin, es el campo de la "sinrazón", del movimiento continuo de rivalidades,
amores y odios, sinsabores, tensiones entre los individuos y en el interior de colectivos,
o también entre colectivos. Aquí están los espacios de la familia, el vecindario,
el barrio, el sitio de trabajo, y las relaciones entre patrón y trabajador, géneros,
generaciones, etnias (negros de costa Pacífica o norte-caucanos, mestizos-indígenas
del altiplano caucano, "paisas blancos o mestizos", etc.), amantes, a las que está
adscrito cada individuo. El papel de consejero es poder interpretar en calidad del
curandero, es decir, del que cura porque descodifica y resignifica para el paciente, la
enfermedad nerviosa respectiva.
Según Boltanski (1984: P. 61), "contrariamente a las ideas corrientes en el medio
médico científico y, en general, entre las ‘personas cultas’, o sea, esencialmente en
las clases altas y un sector de las clases medias, que ven en la consulta al curandero
el resultado de una "mentalidad mágica" y de una atracción irracional por lo oscuro y
lo misterioso, parece que uno de los principales méritos que los miembros de las
clases populares reconocen al curandero consiste especialmente en el hecho de que
le explica al paciente la enfermedad que éste sufre. Además, el curandero utiliza un
lenguaje inmediatamente accesible a los sectores populares y les proporciona
explicaciones que contienen representaciones de la enfermedad que despiertan alguna
dimensión en el espíritu de las clases populares: las representaciones de la enfermedad
que el curandero posee están efectivamente próximas de las representaciones latentes
de los miembros de las clases populares8..." En otras palabras, el curandero interpreta
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Subrayado nuestro.
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