Fundamentos de la Inv. Cualitativa | Page 292

LECTURAS COMPLEMENTARIAS atraído por la acción de la mente). De este modo el campo de los nervios es el universo de la mente o lo mental. Este discurso es, además, muy coherente en la tradición gnóstica, la que enfatiza el manejo de las capacidades innatas en la mente de las personas. Por otro lado, desde una perspectiva diferente, José Santana Tandioy explícitamente afirma el papel de consejero psicológico del curandero en el manejo de los "traumas hogareños". Un aspecto interesante en la propuesta terapéutica de José Santana, la cual se puede entender en el contexto de la representación de lo nervioso a las enfermedades de los nervios para estas culturas médicas populares, es "ponerse en el campo del paciente para conocer su problema". Este campo son los acontecimientos de su vida cotidiana, en una dinámica de pasiones y deseos, conflictos de intereses, juegos de poder y contrapoder; en fin, es el campo de la "sinrazón", del movimiento continuo de rivalidades, amores y odios, sinsabores, tensiones entre los individuos y en el interior de colectivos, o también entre colectivos. Aquí están los espacios de la familia, el vecindario, el barrio, el sitio de trabajo, y las relaciones entre patrón y trabajador, géneros, generaciones, etnias (negros de costa Pacífica o norte-caucanos, mestizos-indígenas del altiplano caucano, "paisas blancos o mestizos", etc.), amantes, a las que está adscrito cada individuo. El papel de consejero es poder interpretar en calidad del curandero, es decir, del que cura porque descodifica y resignifica para el paciente, la enfermedad nerviosa respectiva. Según Boltanski (1984: P. 61), "contrariamente a las ideas corrientes en el medio médico científico y, en general, entre las ‘personas cultas’, o sea, esencialmente en las clases altas y un sector de las clases medias, que ven en la consulta al curandero el resultado de una "mentalidad mágica" y de una atracción irracional por lo oscuro y lo misterioso, parece que uno de los principales méritos que los miembros de las clases populares reconocen al curandero consiste especialmente en el hecho de que le explica al paciente la enfermedad que éste sufre. Además, el curandero utiliza un lenguaje inmediatamente accesible a los sectores populares y les proporciona explicaciones que contienen representaciones de la enfermedad que despiertan alguna dimensión en el espíritu de las clases populares: las representaciones de la enfermedad que el curandero posee están efectivamente próximas de las representaciones latentes de los miembros de las clases populares8..." En otras palabras, el curandero interpreta 8 Subrayado nuestro. 292