LECTURAS COMPLEMENTARIAS
como si fuese imposible ser "tradicional" de diferentes formas, o –para usar mi lenguaje–
disfrutar de diferentes formas de cultura "jerárquico-holistas"7 en los sectores populares
urbanos. Más adelante comenta, con relación a la permanencia de ese tipo de cultura
en la ciudad, "en este sentido es que se podrá con frecuencia denunciar la insuficiente
exposición a la destrucción de una cultura vista como ‘tradicional’ y, por lo tanto, que
ofrece gran resistencia a recibir la iluminación racional-moderna" (1986: P. 139).
A partir de una perspectiva que juegue con la interacción fluida en construcciones que
se rehacen continuamente a través de los actores en los sectores populares del bricolage
de lo "moderno" y lo "tradicional", lo urbano y lo rural, lo "civilizado" y lo "primitivo", se
intenta capturar ciertas representaciones sociales codificadas a través del universo
semántico de algunas enfermedades, las cuales pueden hacer aflorar sentimientos o
pasiones arcaicas, en varias ocasiones con un fuerte contenido anti-moderno.
Se trata, pues, de incursionar a través del "universo fantástico" de las enfermedades
nerviosas y/o de alteraciones del sistema nervioso, precisamente sobre los nexos
entre las tensiones, conflictos y rupturas de las diferentes facetas de la vida social de
una población urbana de sectores populares, a nivel de sus espacios privados y públicos,
y la percepción corporal en los órdenes interpersonal, psíquico y orgánico de "sentirse
enfermo" bajo el síndrome de los nervios.
Los actores de este juego en el proceso de construcción del imaginario popular casi
siempre son curanderos, pero también la propia población a partir de sus tradiciones
culturales, integrando elementos prestados a otras tradiciones en interacción con las
primeras, en una dinámica no planeada o dirigida, sino más bien espontánea e
inconsciente. De esta forma las culturas médicas populares en áreas urbanas –ya
sean de tradición indígena, mestiza, negra, de grupos gnósticos y/o esotéricos,
espiritistas, etc.– están en continuo diálogo y juegos de descodificación-recodificación
entre sí con la cultura médica institucional o hegemónico.
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Se refiere a un tipo de universo simbólico que interpreta el mundo social y personal en términos de interacción entre
múltiples factores organizados jerárquicamente y de forma integrada al rededor de una totalidad específica o única. Este
tipo de percepción de la realidad sería caracteristico en la ‘cultura de las clases medias y altas’ en la ciudad. El modelo
holístico-jerárquico se acercaría más a un tipo de ‘pensamiento mágico-religioso’, mientras el segundo sería la expresión
del ‘pensamiento científico’ en la propuesta de Duarte. La conceptualización original procede de Dumont (1970, 1971,
1975), quien a su vez recupera algunas de las orientaciones clásicas sobre la cultura como universo simbólico de
representaciones de Marcel Mauss.
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