LECTURAS COMPLEMENTARIAS
psicosomático y de patologías pertenecientes al orden de la salud mental, es muy
frecuente designar algunas morbilidades como de origen nervioso. Es decir, la cultura
médica institucional, sobre todo la de corte psiquiátrico, también comparte esta
expresión sindromática, aunque aparentemente la remite a otro universo de
representación sobre el cuerpo y la enfermedad. Estamos, pues, en presencia de una
expresión semántica que comporta significaciones que cruzan diferentes órdenes
"médicos", distintos mundos de representación o construcción imaginaria, y
posiblemente formas de contextualizar simbólicamente los cuerpos en las relaciones
sociales y culturales de modos diversos.
En este artículo nos interesa analizar la temática de los nervios como parte de un
imaginario popular, el cual puede o no integrar elementos del discurso "médico
institucional", más afín a la clasificación convencional de "perturbaciones psíquicas". 1
Pero, como veremos, esta temática nos introduce más allá de la esfera del dominio
"médico", no importa que su principal referencia en la vida cotidiana se mueva
relacionada con una manifestación de patología o enfermedad. Precisamente esta
especial ambivalencia del síndrome de lo nervioso permite transitar en distintos
espacios, siempre y cuando tengamos ciertas "llaves" de lectura de sus significaciones
en determinados contextos.
En esta última dirección, según Duarte (1986: 9-10), al referirse a este campo de
estudio, "la propia enfermedad de los nervios reveló ser el hilo inicial de un enmarañado
ovillo de categorías que, circulando de los hombres a las mujeres, de los jóvenes a los
adultos, del contexto del trabajo al contexto de la vida doméstica, de la autoevaluación
a la evaluación ajena (en lo tocante al desempeño de los papeles sociales), venía a
recubrir casi toda la trama de la vida de mis observados. Los nervios y su corte de
derivados, con sus respectivas esferas semánticas y sentidos diferentes , atravesaban
todos esos infinitos recortes analíticos en que nos habituamos conducir el ejercicio de
comprensión de lo social. Estaban en juego las relaciones de trabajo así como la
sociabilidad vecinal, las representaciones sobre la salud, así como las religiosas, el
juego de los papeles familiares al igual que la relación con las instituciones y códigos
dominantes: en fin, lo cotidiano y lo ritual, la norma y el desvío, la regla y el desempeño".
1
Esta temática y una primera conceptualización de la misma me ha sido sugerida a partir de la lectura del excelente trabajo
antropológico, de tipo urbano, de Luis Fernando D. Duarte (1986), Da Vida Nervosa nas Classes Trabalhadoras Urbanas,
el cual abre una perspectiva interesante para los estudios socioculturales sobre los imaginarios populares. También estoy
en deuda con el estudio de Paula Montero (1985), Da doenda á Desordem: a Magia na Umbanda.
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