LECTURAS COMPLEMENTARIAS
El maestro no ratifica ni niega la validez de lo que los niños dicen, como es frecuente
que suceda en las escuelas, sino que retoma las dos descripciones y las confronta.
Aceptar que haya opiniones distintas y compararlas con el fin de identificar las
diferencias entre ellas es necesario para que haya debate y, por tanto, argumentación.
Sin embargo, el maestro no da tiempo para expresar las ideas que pudieran surgir de
la confrontación, sino que hace una pregunta para retomar la enumeración de lo que
hay en el Sistema Solar. Abre así una posibilidad de debate, pero la cierra de inmediato.
En una especie de repaso, el maestro hace preguntas que gran parte de los niños
responde, muchas de ellas a coro. Pregunta dónde está el Sistema Solar, qué astros
hay en él, cuáles son los planetas que tienen satélites y cuáles los que no, pide que
describan los movimientos de rotación y traslación, que digan la forma de las órbitas
planetarias y que mencionen el nombre y el orden de los planetas con respecto al Sol.
En este repaso los alumnos participan aparentemente de manera mecánica y ritualizada
sobre un conocimiento escolar memorizado acerca del Sistema solar. Siguen con
tanta fluidez la dinámica de la interacción que, al leer el registro, otros maestros
comentan: "parece que ya lo sabían de memoria", "todo está como muy bien planeado,
bien repasado", "es raro que todos los niños estén interesados".
Continúa el intercambio de preguntas y respuestas sobre el orden de los planetas con
respecto al Sol.
Secuencia 3: Analogía como recurso argumentativo
M.
"Después ¿qué tenemos?" (después de Saturno).
As.
"Urano ", "Neptuno", "Plutón".
M.
"Plutón es ......
Ao.
"El más frío".
M.
"El más ¿qué?"
Ao.
"El más lejano al Sol".
M.
"Mencionaban que era el más ......
Ao.
"Frío".
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