Nº 08 (1), 2011
JULIO - DICIEMBRE
ISSN 1909‐955X
SILOGISMOS DE
INVESTIGACIÓN
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.
JORGE MARTÍNEZ RODRÍGUEZ
dotado de inteligencia.
Ahora bien, si es propio del hombre conocer, y podemos afirmar que existen
muchas formas de conocer, muchas de ellas fragmentadas, por muy
especializadas que sean, entonces es necesario integrar, articular la
información de lo conocido, para poder decir algo más preciso y cercano a la
verdad de las cosas. La educación, como un conocimiento y actividad humana
de carácter racional, dialógico e intencional, tiene que valerse de la
Antropología para poder integrar los diferentes aportes científicos y culturales, y
poder así decir algo con mayor certeza y poder también proponer procesos
adecuados a la realidad humana, social y contextual. Pero además, si quiere
ser cada vez más humana tiene que tener en cuenta los aportes antropológicos
filosóficos que le abren el horizonte de sentido.
Hablar de Antropología Filosófica y de Antropología de la Educación supone
hablar de modelos o paradigmas, ya que no existe una única manera de
entender lo humano, sus relaciones y lo que le es propio. Por eso, cuando
hablamos de paradigma, implica hablar de “modelo” “arquetipo”, es decir de
una concepción y estructura (forma) creadas por el hombre para mirar su
mundo y el mundo que le rodea, de manera específica, en sus fenómenos
(naturales y/o culturales) y de manera global en su totalidad. De esta forma “el
paradigma” constituye una “visión de mundo”, una manera sistémica,
categorizada y estructurada de aprehender, percibir, comprender, explicar y
argumentar la naturaleza humana y sus construcciones y/o la naturaleza y
características de los objetos que componen el universo y que interesa a las
ciencias.
El paradigma como modelo, constituye una totalidad compuesta por una
concepción antropológica (una visión de hombre), filosófica (visión de