otros. Los dueños del mercado son a su vez quienes imponen las condiciones y se llevan
los más jugosos beneficios. Todo este cambio se consolidó sin tiempo -ni demasiado
interés- en validar el fuerte impacto en el ambiente en que vivimos, ni sus nocivos
efectos en la salud de las personas. Las ganancias han sido tan grandes que son
suficientes para invadir todo contexto con un descomunal aparato publicitario -
fundamental para generar hábitos en los consumidores- y para financiar la acción
constante de ocultar detractores, facilitar ensayos, falsificar, violentar o alterar pruebas,
análisis y homologaciones; ya que tanto los laboratorios como las universidades se
nutren directa o indirectamente de estos dividendos y muchas veces terminan
expulsando o menospreciando a las voces que avalan teorías contrarias. Investiguemos,
involucrémonos en el tema y veremos que un sinnúmero de empleados y ex empleados
de multinacionales son quienes ostentan altos cargos en los estados, instituciones
educativas y laboratorios… Quien da de comer y quien produce el alimento del chancho
es, en efecto, el mismo funesto personaje.
Haciendo foco en el título: FUMIgate. El sufijo gate es utilizado en inglés para hacer
referencia a un escándalo. La palabra watergate significa “gran escándalo”, y de allí
deriva el uso de su terminación combinándolo con otras palabras (papergate, fifagate,
etc). Muchos creemos que el modelo productivo actual, identificado inequívocamente por
la cantidad de tóxicos necesarios para su proliferación es, a esta altura de los hechos, un
escándalo.
Rosario, 16 de Mayo de 2018.
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