Por una parte Grönholm perdió todas
sus opciones por una racha de salidas de carretera y roturas, Burns, con
opciones casi hasta el final, comenzó
a sufrir los primeros síntomas de la
enfermedad por la que nos acabó dejando y no pudo acabar la temporada,
Rovanperä no daba una a derechas
y Panizzi, que fue el único que acabó
la temporada de una manera digna y
consiguiendo ganar en España, no era
un piloto con opciones de título, todo
ello sumado a que el 206 estaba en la
fase final de su desarrollo, por lo que
sus prestaciones fueron cayendo frente al resto de equipos.
Curiosamente, el piloto que parecía
aportar un pequeño rayo de luz a esta
situación era otro viejo conocido, repescado en la última carrera para suplir al malogrado Burns: Freddy Loix.
El belga, que mantenía buenas relaciones con Marlboro, se aseguró un
volante en la marca francesa para el
2004 tras haber abandonado Hyundai
el Mundial.
Así que tras haber perdido un Mundial muy bien encauzado desde principios de año, se pasaba a la temporada
2004 con un cambio de coche: el 307
CC WRC, una montura muy distinta
a lo convencional y que traía muchas
soluciones innovadoras. No comenzó
mal el año si se piensa que el 307 era
un coche nuevo y poco rodado, so-
bretodo cuando Grönholm conseguía
estar en tiempos de cabeza, pero las
primeras cabezas empezaron a rodar
ya tras la segunda carrera, cuando
Loix, a pesar de las buenas maneras
mostradas a finales de 2003 no daba
muestras de ser lo que se prometía,
siendo apartado del segundo coche.
A partir de ahí, y con Harri Rovanperä,
Daniel Carlsson, Cedric Robert y Loix
repartiéndose las funciones de segundo piloto, las cosas no fueron del todo
bien, siendo Gronhölm el mejor de sus
pilotos a final de año con un quinto
puesto en la general y Peugeot como
constructor cuarta sólo por delante de
una flojísima Mitsubishi.
Para 2005 había cambios en la reglamentación en cuanto a medidas de los
coches, y esto podría dar alas a los
Peugeot, que con un segundo piloto
de garantías, Markko Märtin, y Pirelli
como nuevo suministrador de neumáticos, podrían volver a llevar a Marlboro a los puestos por los que había
llegado a un acuerdo con Peugeot.
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