Formula Rally Magazine nº9 - Julio 2016 | Page 100

Para 2005 Peugeot ya tenía un buen coche, bien preparado y con dos buenos pilotos con los que afrontar la temporada. Grönholm debía seguir llevando el peso del equipo mientras que Märtin podría ser un candidato sorpresa tanto a las victorias como al título, aunque luego se vió que su adaptación al 307 fue algo más complicada de lo que pensaba, pero amarraba puntos en todas y cada una de las pruebas, lo que dejaba al equipo Peugeot-Marlboro en una muy buena posición para, por lo menos, luchar el título de constructores contra la gran rival de la marca grancesa, Citröen. Incluso llegaban victorias de la mano del finés, en el Rally de Finlandia, como no podía ser de otra manera.
Todo parecía volver a la normalidad.
Pero tras la disputa del Rally de Gales, y con la fatal noticia del accidente de Markko Märtin, en el que falleció trágicamente su copiloto, Michael Park, el equipo se vio sumido en una más que comprensible depresión y la lucha por los títulos se desvaneció.
Eran años difíciles, y la escalada de costes con tantísima electrónica en los coches unido a los inicios de la crisis, hicieron que el grupo PSA reconsiderara el mantener a Peugeot dentro del Mundial de Rallys, apartándose de la competición como constructor y Marlboro quedándose una vez más fuera de juego. Tampoco ayudaban las cada vez más feroces leyes anti-tabaco, las cuales dejaban a los 307 WRC faltos de logos de la tabacalera casi la mitad de las carreras a lo largo de la temporada.
Espantada de las marcas en el Mundial, pocas opciones de patrocinio al empezar a entrar en juego las bebidas energéticas, la mayoría de los equipos eran privados... La situación en los rallys estaba cambiando y parecía que Marlboro empezaba a no tener hueco en este juego, por lo que la solución fue fácil: centrar todos sus esfuerzos en su equipo de toda la vida y el cual era un seguro de vida, que no era otro que la Scuderia Ferrari en la Fórmula 1.

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