Formula Rally Magazine nº9 - Julio 2016 | Page 97

daje suficiente en el equipo se esperaba que los triunfos volviesen a ser una constante. Y así fue, por lo menos a principios de temporada, ya que el finés empezó muy bien el año venciendo en Montecarlo, pero la escalada de prestaciones de los demás equipos comenzó a ser brutal y los Lancer Gr.A cada vez podían hacer menos contra los coches de la categoría WRC. Aún así, Tommi estaba luchando por la victoria siempre que la mecánica no se la jugaba. En cambio, un Loix totalmente desdibujado no parecía ser ni la sombra del que metía presión a los pilotos oficiales en la época de Toyota. No se ganaron títulos, pero para el 2001 había energías renovadas. Una gran evolución para principios de año y un nuevo coche, un WRC, para las últimas pruebas, hicieron que el equipo Mitsubishi-Marlboro estuviese una vez más en boca de todos. Para el año 2000 la formación en Mitsubishi se mantenía y con Makinen como tetracampeón y Loix con un ro- De nuevo los dos mismos pilotos en liza y la opción de un tercer coche para algún piloto según qué superficie. Y se empezó muy bien la temporada con Makinen venciendo en Montecarlo (una vez más) y en Portugal, luchándose también la victoria en Suecia con dos coches, el del finés y el de un especialista local que ya había dado muestras de su velocidad años atrás: Thomas Radström, que finalmente quedaría segundo. Pero a partir de entonces vuelta a la realidad, ya que con todos los esfuerzos centrados en el WRC el Lancer Gr.A quedó rápidamente desfasado con respecto a otros equipos en pleno desarrollo como Ford, Subaru o Peugeot. Pero la llegada del nuevo Lancer no supuso ningún beneficio. Es más, casi que hubiera sido mejor mantener la versión antigua, ya que no estaba a la altura ni de sus pilotos ni de lo que hacía falta para estar en los tiempos del resto de las marcas. Fueron cuatro carreras, San Remo, Córcega, Australia y RAC, y en ninguna de ellas se vieron buenas maneras por parte del WRC. Salidas, roturas, malos cronos... Y como mejor resultado un sexto puesto en Australia por parte de un Makinen que, a pesar de lo desmotivante del coche, lo dio todo para estar delante ya que a pesar de todos los problemas durante el año llegaba con opciones de ganar el título a la última prueba. Había que intentarlo, pero no hubo manera... Tal fue el fracaso y la decepción por parte de Tommi en este final de temporada que decidió cambiar de equipo, algo que también pasaría con Loix, aunque en el caso del belga la razón tenía más que ver con sus pobres 97