Las actuaciones de Freddy no pasaban desapercibidas y en Toyota, tras
la escandalósa trampa con los turbo
de 1995, contaron con él para el desarrollo del coche con el que entrarían
en la nueva categoría para 1997, el
Corolla WRC.
Tanto con el Celica oficial como con
el Corolla, Loix dejaba claro que era
un piloto muy a tener en cuenta para
luchar por las victorias y posiblemente para algún título, lo que llevó a los
responsables de Toyota a cederle el
puesto de piloto con opciones de puntuar para la propia marca, en lugar
de otros como Didier Auriol o Marcus
Grönholm, con más experiencia y títulos, pero no había demasiada opción de avanzar en la marca ya que
el primer equipo estaba cerrado con
Sainz y Auriol y con la Grifone no había posibilidad de correr un año completo, lo que hizo que se buscaran
otros equipos.
Casualmente, en las filas de Mitsubishi había hueco, y el ser segundo del
tres veces Campeón del Mundo (Tommi Makkinen en 1999) con el coche
que estaba dominando no era algo
para despreciar...
DE OFICIALES OTRA VEZ
Dicho y hecho. Para 1999, Marlboro y
Mitsubishi firmarían un acuerdo para
que los Lancer oficiales fuesen pintados totalmente de rojo con los logotipos de la tabacalera con el campeonísimo Tommi Makinen y Freddy Loix
como pilotos.
Para dicha temporada, las consignas
eran mantener el reinado del finlandés
y hacer que el belga conociese el campeonato, pero en el caso del segundo
esta tarea fue algo más complicada de
lo que en un principio podía esperarse. La adaptación al Mitsubishi fue
complicada al ser un coche 100% hecho para Tommi, lo que llevó a Freddy
a salirse en más de una ocasión, siendo realmente grave su accidente en el
Rally Safari, donde unas lesiones cervicales le mantuvieron apartado de la
competición para el Rally de Portugal,
cita en la que otro finés ya conocido,
Marcus Grönholm, le sustituiría de
una manera más que correcta.
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Pero el regreso del belga fue difícil y no
coinseguía estar siquiera en tiempos
de cabeza, salvo momentos puntuales
en los que los resultados acompañaban, rallys como Cataluña o Grecia.
Mientras, el jefe de filas mantenía
muy alto el honor de Marlboro, siendo líder desde el primer momento, haciéndose con el campeonato a finales
de año, el que sería el cuarto de su
carrera deportiva. Marlboro, después
de veinticinco años, volvía a lucir los
colores del equipo campeón.
Como curiosidad, y siendo las leyes
anti-tabaco cada vez más restrictivas
en lo referente a sponsorización, en
las pruebas que no estaba permitida
dicha publicidad, en el equipo Mitsubishi se ideó la forma de ocupar esos
huecos blancos de otra manera, siendo los nombres en negro la mejor opción para el cambio. Aún así, y dado
que Marlboro estaba en apogeo como
patrocinador al estar unido también a
los títulos de Michael Schumacher en
Ferrari y a las victorias del equipo Yamaha en el Mundial de Motociclismo,
lo que hacía que estos detalles fuesen
minucias.