Pero la “época Sainz” no iba a durar
toda la vida, y tras una complicada
salida de Toyota, el piloto español dejó
de portar los logos en su vestimenta, y
hubo que buscar otra perla.
No tardó demasiado en encontrarse ese
talismán. Desde Bélgica, Guy Colsoul,
que llevaba pilotando vehículos de las
marcas Opel y Mitsubishi tanto en el
Campeonato Belga de Rallys como en
el Dakar, en algunas ocasiones patrocinado por Marlboro, y que a principios de los noventa era jefe de equipo
de la filial belga de Mitsubishi, ofreció
a un piloto muy joven la posibilidad de
correr con un Galant Gr.N después de
deslumbrar con coches menores. Tan
bien lo hizo que llamó la atención de
los responsables de Marlboro y pasó
a ser el nuevo estandarte de la tabacalera. No era otro que Freddy Loix.
Comenzó su andadura con Marlboro
pilotando un Opel Astra oficial tanto
en Bélgica como en el Mundial, y sus
buenos resultados en las temporadas 1993, 1994 y 1995 le facilitaron
su fichaje por una vieja conocida, Toyota, con la que correría bajo los tradicionales colores rojo y blanco en el
Campeonato Belga, en el Europeo y
en varias pruebas del Mundial con un
Celica del equipo satélite Grifone. Se
le acabó apodando “Fast Freddy”, lo
que dejaba claro que despacio no iba.
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