NUEVOS AIRES LLEGADOS
DESDE ESPAÑA
Como habíamos estado diciendo antes, Marlboro llevaba desde 1975 patrocinando a pilotos de manera individual. Markku Alen, Juha Kankkunen,
Timo Salonen, Miki Biasion... Todos
ellos campeones del mundo o casi,
como era el caso del primero, por lo
que el buscar nuevos y jóvenes pilotos
era algo así como lo que hace ahora
mismo Red Bull con sus pilotos de
monoplazas, al más puro estilo escuela de pilotos, pero sin hacer que luchen entre ellos. Todo a una carta.
En 1984, y tras ser seleccionado para
competir en el Festival de Fórmula
Ford en Inglaterra con un monoplaza
de la misma marca, la tabacalera se
fijó en Carlos Sainz, ya que este llevó sus colores durante aquel evento.
Tras su fichaje por el equipo oficial
Renault para pilotar un R-5 Turbo
en el Campeonato de España, el piloto madrileño vestía los colores de
Marlboro en su mono y en su casco,
siendo estos mucho más numerosos
que los de la propia Renault. 1985 y
1986 fueron años en los que el ascenso fue meteórico, pasando a Ford
en 1987 y con ello la oportunidad de
pilotar un Sierra Cosworth oficial en
el Mundial, por supuesto con los colores rojos y blancos.
Tanto en 1987 como en 1988, Sainz
llamó mucho la atención, lo que le
valio para fichar para un constructor que llevaba años corriendo temporadas en el Mundial de manera no
completa y que quería dar el salto de
calidad para luchar por los títulos:
Toyota. Con esta unión Marlboro
pasó a ser parte del equipo.
Los éxitos no tardarían en llegar, y
tras un 1989 de aprendizaje, 1990,
1991 y 1992 fueron años en los que
los triunfos y los títulos caían de
parte de los coches blancos y rojos.
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